Sostener para profundizar, profundizar para sostener
El proceso de cambio en Bolivia consolida su avance con los resultados de las elecciones del 12 de octubre y Evo Morales se convertirá en el Presidente que más tiempo ha gobernado Bolivia. Ni un solo reproche a un Presidente forjado en las luchas antiimperialistas, anticoloniales y anticapitalistas que en la noche del triunfo electoral tiene la humildad de dedicar la victoria a un Fidel que seguro estaba viendo el discurso con una sonrisa en los labios y un Chávez que estaba muy presente en todos los que celebramos la victoria en la Plaza Murillo.
¿Por qué ganó Evo?
La aplastante victoria de Evo Morales tiene una explicación muy sencilla: ganó porque su gobierno ha sido, sin duda alguna, el mejor de la convulsionada historia de Bolivia. “Mejor” quiere decir, por supuesto, que hizo realidad la gran promesa, tantas veces incumplida, de toda democracia: garantizar el bienestar material y espiritual de las grandes mayorías nacionales, de esa heterogénea masa plebeya oprimida, explotada y humillada por siglos.
Los desafíos de Rousseff
Se complica el escenario en Brasil, por varias razones.
Uno, porque Dilma tuvo la peor votación en la primera vuelta electoral desde que el PT triunfara en las presidenciales del 2002.
“Nos hemos liberado económicamente”
En una extensa charla con Daniel Filmus, el presidente de Bolivia repasó los logros y las dificultades de la construcción del Estado plurinacional, habló de los ataques de Estados Unidos y recordó su relación con Hugo Chávez y Néstor Kirchner.
Dilma vs. Aécio, dos proyectos antagónicos de país se enfrentan
El primer turno de las elecciones presidenciales brasileñas del domingo 5 de octubre dio un resultado “lógico”: la presidenta Dilma Roussef (Partido de los Trabajadores) candidata a la reelección enfrentará al ex-gobernador de Minas Gerais Aécio Neves (Partido de la Social Democracia Brasileña) en la segunda vuelta el 26 de octubre. Fue 42% del electorado (más 43 millones de votos) contra 34% (casi 35 millones), respectivamente. Son los dos partidos que se enfrentan desde 1994 (con victorias del PSDB ese año y 1998, y del PT en 2002, 2006 y 2010).
El esfuerzo del PT en diez claves
Tenía razón Dilma Rousseff cuando decía que su escenario deseable era ganar en el ballottage y que era un error ilusionarse con una victoria en primera vuelta. No sólo tenía razón porque los hechos se la dieron: efectivamente la coalición dirigida por el Partido de los Trabajadores no llegó ayer al 50 por ciento más un voto que le ahorraría una segunda vuelta. Tenía razón, sobre todo porque el PT estaba obligado a mantener la conciencia de que todavía le quedaba un descomunal esfuerzo hasta el domingo 26. Un esfuerzo que puede analizarse a partir de las claves que siguen:
La especulación desenfrenada
Desde Río de Janeiro
Tan pronto se supo que la presidenta Dilma Rousseff no sólo aseguró su ventaja sobre la evangélica y ambientalista Marina Silva, sino que también logró abrir una ventaja firme y cómoda, los agentes del mercado financiero se lanzaron a su deporte favorito, la especulación desenfrenada.
Lo que está en juego en Brasil
Desde que, como una de sus primeras posturas internacionales, el gobierno de Brasil -encargado, junto con EUA, de concluir las negociaciones del ALCA-, ha bloqueado el proyecto norteamericano de un área de libre comercio, las posiciones de los dos países han comenzado a distanciarse. Desde entonces, las diferencias solo han aumentado.
"Están en riesgo las grandes conquistas de los gobiernos del PT"
El representante de la Teología de la Liberación repasa el proyecto que propone Marina Silva, a la que tilda de "neoliberal" y de estar apoyada por la derecha de Brasil. Por qué se involucró en la campaña para la reelección de la presidenta DilmaRousseff.
El teólogo y filósofo Leonardo Boff es uno de los intelectuales más prestigiosos de Brasil, país que irá a unas reñidas elecciones presidenciales el próximo 5 de octubre.
Lo que está en juego en Brasil
Desde que, como una de sus primeras posturas internacionales, el gobierno de Brasil
– encargado, junto con EUA, de concluir las negociaciones del ALCA-, ha bloqueado el proyecto norteamericano de un área de libre comercio, las posiciones de los dos países han comenzado a distanciarse. Desde entonces, las diferencias solo han aumentado.
Las decisiones recientes sobre los Brics han cristalizado la inserción de Brasil en un proyecto de creación de un mundo bipolar, que es lo que más contradice y contraría a Washington. Obama ha tratado de minimizar las diferencias, pero ni siquiera el envio de Joe Biden a Brasil ha logrado que Dilma Rousseff definiera una fecha para la visita a EUA, suspendida frente a las denuncias de espionaje norteamericano.
De repente EUA ve aparecer un candidato a presidente – que ya llegó a parecer como favorita – que plantea, en el plano internacional, todo lo que a Washington le gustaría. Bajar el perfil del Mercosur y establecer acuerdos bilaterales – se supone que, antes de todo, con EUA -, elogiar a la Alianza para el Pacífico, criticar a las decisiones de los Brics, así como subestimar el rol de Unasur, del Consejo Suramericano de Defensa, entre otros organismos internacionales que hoy son pilares esenciales de la política exterior brasileña.
No es simple imaginar las consecuencias de una eventual victoria de Marina Silva, a partir de esas posiciones. Sería el más amplio avance de EUA en mucho tiempo, después de su aislamiento cada vez más grande en América Latina y en el Sur del mundo. Eso es, en primer lugar, lo que está en juego en las elecciones de Brasil y que las hace tan importantes.
Pero, de forma complementaria y coherente, Marina Silva pretende darle vuelta al modelo económico empezado con el gobierno Lula y continuado por Dilma Rousseff. Ha anunciado su pretensión de darle independencia al Banco Central, con el conocido argumento que lo sacaría de las influencias – como si las influencias del mercado y de los mismos bancos privados fueran técnicas y no políticas.
A eso se suma un equipo netamente neoliberal, con un ministro de Fernando Collor de Mello y de Cardoso, así como con la heredera del Banco Itau, uno de los más grandes bancos privados de Brasil. Y el anuncio de bajarle el perfil del Presal, el gigantesco plan de exploración de petróleo en aguas profundas que el gobierno actual lleva a cabo.
Lo que está en juego en Brasil en estas elecciones es si el país sigue como aliado esencial de América Latina y del Sur del mundo o si vuelve a ser un satélite de EUA. Además está en juego también saber si el modelo de crecimiento económico con distribución de renta sigue adelante o será sustituido por modelos de ajuste fiscal, con retracción del Estado y centralidad del mercado.
En un país que ganó tanta proyección internacional desde el gobierno Lula, por la prioridad del combate al hambre y de los procesos de integración regional e intercambio Sur-Sur, esos avances son los que están en juego. Después de un lanzamiento espectacular de su candidatura, Marina ha estancado su crecimiento y empezado a perder votos, Dilma Rousseff ha vuelto a ser la favorita para ganar. Pero la disputa está todavía abierta sobre quién gana y quién pierde en las elecciones brasileñas.