$LIBRA: criptoestafa, fallas de mercado y algo más
Más allá del escándalo nacional e internacional, y de las derivaciones judiciales y políticas que tiene y pueda tener, la criptoestafa de $LIBRA en la que se encuentra involucrado Milei, resulta un hecho que, en sí mismo, demuele las falacias oceánicas que sobre el funcionamiento del mercado y del Estado capitalistas los “libertarios” repiten hasta las náuseas. Entre ellas, las referidas a la inexistencia de fallas de mercado.
En su discurso en el Foro Económico Mundial en Davos en enero pasado, y anclado en una versión del liberalismo económico de máxima vulgaridad, Milei dijo, entre otras aberraciones, que no existen las llamadas fallas de mercado, que en todo caso estas se producen cuando el Estado interviene, estropeando así el equilibrio natural del sistema. En sus palabras, “No existen las fallas de mercado. Lo repito nuevamente: no existen las fallas de mercado. (…) Si usted considera que existe una falla de mercado, vaya y revise si no está el Estado metido en el medio.”
Al respecto, lo siguiente. El Estado, entendido como la instancia política de articulación de la dominación social que se objetiva, se cristaliza y manifiesta en derecho, instituciones y políticas estatales, interviene siempre, por acción o por omisión, en los mercados. A grandes rasgos, el Estado capitalista interviene en la promoción del crecimiento económico en el marco de las relaciones de producción capitalistas, de las que emana y es su garante y organizador, como así también interviene en el sentido de tornar aceptado y aceptable el carácter de explotación y dominación del capital sobre el trabajo asalariado que dichas relaciones de producción suponen. En este sentido, el Estado capitalista funciona (no sin contradicciones) como barrera de contención de las consecuencias socialmente destructivas de la reproducción de los mercados en una sociedad capitalista. Así, no hay nada que sea menos “natural”, ni que tienda menos a un “equilibrio natural”, y al mismo tiempo que sea más contradictorio, que un “sistema” capitalista.
Ahora sí, vayamos a la cuestión de las fallas de mercado. Existen tres razones teóricas fundamentales que explican el carácter insuficiente de los mercados en el capitalismo: la competencia imperfecta, el fallo del mercado y la falla de información. La competencia imperfecta se produce generalmente por prácticas de distorsión de precios ejercidas en mercados monopólicos u oligopólicos. Como ocurre en nuestro país, por ejemplo, en los mercados de servicios públicos, como así también en los de alimentos y bebidas, que están altamente concentrados y cuyos precios poseen un gran impacto en el presupuesto de hogares y personas de los sectores más necesitados de nuestra sociedad. El fallo del mercado se expresa, por ejemplo, cuando una empresa contamina el hábitat de una comunidad determinada, imponiendo unos costos, por caso, una grave enfermedad, a personas inocentes. Por último, la falla de información. La teoría económica de los mercados a la que adhiere Milei, parte del supuesto de un conocimiento perfecto por parte de los agentes económicos, pero el funcionamiento real de la vida en los mercados impide este tipo de conocimiento. Pocos individuos cuentan con los recursos necesarios para pronosticar ciclos económicos, anticiparse a crisis económicas severas o, como en este caso de la criptoestafa $LIBRA, cuidarse de maniobras fraudulentas.
La intervención eficaz del Estado a través, fundamental pero no exclusivamente, de su poder de control y regulación sobre los mercados es el modo de prevenir, evitar y remediar las fallas de mercado.
En mi opinión, la criptoestafa de $LIBRA resulta una demostración palpable de la existencia de las fallas de mercado, concretamente de la falla de información. En este caso, un grupo reducido de individuos, contando con el recurso de información privilegiada, realizan una acción comercial fraudulenta en beneficio propio y en perjuicio de muchos otros individuos partícipes del mismo mercado pero que no tienen aquella información. Volviendo a lo dicho en el párrafo anterior, sin un Estado capaz de prevenir, evitar y remediar los actos falsos y engañosos, el intercambio comercial resulta aún más peligroso para la sociedad de lo que ya es.
Así, sostengo que, cuando el desquicio intelectual y moral gobierna desde la cima del Estado, como ocurre hoy en nuestro país, entonces las fallas de mercado se potencian con el estar corrupto del Estado “metido en el medio”.