Lo que la baja de retenciones no resuelve
La incidencia del arriendo, la caída del consumo y los costo en dólares, temas de los que no habla la Mesa de Enlace.
La "baja permanente" de las retenciones anunciadas por Javier Milei el fin de semana generó una dura reacción del ministro de Desarrollo Agrario de la provincia, Javier Rodríguez, que acusó al Presidente de "estar afectando al entramado productivo".
“Lo que vemos es un modelo que no sólo es contrario a la producción, sino que además está provocando la salida de miles de productores del sistema productivo”, advirtió Rodríguez, y respaldó su afirmación con cifras oficiales.
"En la última campaña, mil productores de soja dejaron la actividad, marcando el registro más bajo desde que se mide bajo el sistema SISA. En el mismo período, cerraron más de mil tambos, lo que representa una reducción del 10 por ciento del total nacional, mientras que el stock ganadero cayó en 1,3 millones de cabezas", enumeró el ministro.
A ese panorama debe sumarse la baja de derechos de exportación a la soja y otros cultivos anunciada en la exposición Rural, que es en realidad una muy mala noticia para el 70 por ciento de los productores bonaerenses.
La misma proporción sufrirá la medida en las otras dos provincias que integran la zona núcleo, Córdoba y Santa Fe. Este es el número de los que siembran y producen sobre campos arrendados, según datos de la propia AFIP, correspondientes a la campaña 2023/2024.
La explicación es sencilla: el valor de los arriendos se pacta en kilos de soja. Si caen las retenciones, mejora el precio de la soja, pero esa mejora se va en el pago del aumento del arriendo, que está atado a esa variable.
La conclusión es sencilla. La rebaja de retenciones favorece a los dueños de la tierra y no a los productores, en una economía en la que hace años que esos roles están desdoblados. Los que aplaudían a Milei desde los palcos, apuntan desde el sector, son terratenientes arrendadores. En su mayoría, ni siquiera viven en el campo.
Buenos Aires/12 supo que un grupo de expertos, profesionales y técnicos del sector, trabaja en una propuesta para acercarle al gobernador Axel Kicillof. Se trata de una eliminación de retenciones, pero apalancada en una nueva ley de arrendamientos y otra de acceso a los insumos, para evitar que la falta de desacople entre el precio local y el internacional dispare los costos de todo el agro y lleve a la quiebra a las demás producciones.
El maíz, otra historia
El maíz es el principal insumo de los que engordan animales, ya sean producutores porcinos, avícolas o feedloteros bovinos. Esas carnes, en condiciones normales suelen alimentar el deprimido mercado interno, que ahora además está inundado de productos de origen brasileño.
"El engorde de animales es insumo dependiente. Cuando una medida de estas aumenta el precio del insumo, rompe la ecuación. Igual, el problema mayor es la depresión del mercado interno", explica Martín Jaúregui, un ingeniero agrónomo de la zona de Tandil. "Hoy muchos productores están en una economía de subsistencia. Una postal cada vez más frecuente es ver al chanchero, con la chata toda rota, ir a buscar las sobras o lo que se pudrió a la verdulería del pueblo", dice el exdocente e investigador y voluntario de la Universidad Nacional del Centro (UniCen) que produce en un campo propio y asesora a terceros.
El ministro Rodríguez, en la conferencia de prensa del lunes también se refirió a este tema, al ilustrar el impacto de la inflación en el poder de compra. "El salario mínimo en noviembre de 2023 alcanzaba para comprar 117 kilos de pan, mientras que en junio de este año sólo permite comprar 68. En el caso del pollo, la caída fue del 26 por ciento, de 115 a 84 kilos. Esto no sólo golpea el bolsillo de los consumidores. La caída del consumo interno agrava la crisis de demanda en sectores que ya ven mermadas sus exportaciones”, explicó.
Jáuregui cuenta que cada vez más colegas le requieren estudios de rentabilidad, para determinar si tiene sentido sembrar o, por los exiguos márgenes, que cualquier imprevisto puede tornar negativos, es mejor "dejarla pasar". El dato no es menor, porque tiene incidencia directa en la próximo cosecha, en un año en que el gobierno deberá enfrentar más vencimientos de deuda que este.
"La excepción son los que tienen algún tipo de integración vertical o están apalancados sobre algún factor diferencial. En Tandil, por ejemplo, está Cagnoli, que produce fiambres, tiene un socio con más de cinco mil hectáreas y , a la vez, contrata a productores más pequeños para que le hagan el servicio de recría de lechones", analiza Jáuregui.
El desmantelamiento del INTA
El desmantelamiento del INTA impacta especialmente a los pequeños productores, que son los que más requieren sus servicios. El programa "Cambio Rural", reunía a varios productores de alguna actividad menos frecuente, como la fruta seca o el ganado ovino, y les ofrecía asistencia técnica y profesional a la que, por motivos de escala, no podrían acceder individualmente.
Algunos, ante la consulta de Buenos Aires/12, manifestaron sentirse "abandonados" o haber quedado "rengos", justo en un momento en el que sobrevivir con una pequeña superficie "se vuelve casi un milagro".
Al respecto, Rodríguez sostuvo que “el cierre de programas como Cambio Rural, el vaciamiento del INTA y del INTI, y la eliminación de políticas para la producción ovina o las economías regionales están dejando al sector sin asistencia ni herramientas”. La actividad ovina, por ejemplo, sufre un cuello de botella en la falta de salas de faena, que permitan incorporar su carne al mercado de consumo cotidiano. Se trata de una carencia que, a contramano de los dogmas que sostiene el presidente, el mercado no resuelve por sí mismo.
Por último, Rodríguez cargó contra la financierización del agro a partir del modelo económico de Milei: “En enero de 2024 el dólar era caro; hoy, en julio de 2025, el dólar es barato. Esa imprevisibilidad en un sector que planifica a mediano plazo genera un escenario inviable”.
La última suba de tasas del BCRA, destinada a evitar una nueva presión sobre el dólar, también alejó la posibilidad de que los productores se financien para mejorar su infraestructura. Según la zona, la prioridad es la instalación de sistemas de riego para hacer frente a la sequía o la construcción de silos de hormigón, más resistentes a los eventos catastróficos. En ambos casos, se trata de inversiones imposibles con capital propio para la mayoría de los productores.
Fuente: Página 12 - Julio 2025