Mujeres y mujeres. De la discriminación de mujeres por parte de otras mujeres
Los grupos cuyo exitoso desenvolvimiento económico se ha basado en el rédito que sacan de las condiciones desigualitarias, tienen -frente al sistema jurídico de DDHH que los interpela- un estado de ríspida aquiescencia en lo formal (aceptación de la existencia de tales normas) y de desembozada virulencia con respecto a los cambios que implica la concreción de aquéllas. No estamos hablando aquí de la actitud nihilista de quienes –por experiencia y convicción- consideran inviable la posibilidad de tal cambio dentro de las márgenes del sistema socio-económico vigente o de aquellos y aquellas que extiende tal descreimiento a los parámetros de cualquier sistema en términos de inevitabilidad supina, sino de una determinada argumentación basada en el desprecio a las y los titulares de derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales hoy constitucionalizados (para el caso, art. 75, incs. 17, 22 y 23, CN). Desprecio que se extiende a la mera posibilidad de tal cambio radical y aún a manifestaciones del mismo en escala limitada o puntual –aunque no por ello menos laudable-. De allí los discursos encendidos, la crítica furibunda y la indignación crítica a decisiones políticas que coadyuvan al objetivo igualitario de la norma superior, tal como los hemos visto y oído en un abanico que abarca desde el caso “León Ferrari” hasta el del debate por la unión matrimonial de dos personas del mismo sexo, desde el caso “María Soledad” hasta el de los 200 empleados despedidos del diario Clarín sin solución desde el 2001, desde las primeras expresiones de lo que luego se dio en llamar “el movimiento piquetero” (Cutral-Có, represión, fusilamiento de Teresa Rodríguez) hasta la polarización manipulada en forma extrema del debate sobre las retenciones a las exportaciones agrarias a raíz de la Resolución 125. Y así, tantas más, de hacer un somero repaso de la historia reciente en nuestro país, con ejemplos que se agigantan cuando la expandimos a las transformaciones sociales y políticas que se están dando en la región –con sus contradicciones y tensiones esperables por lo que implican para una hegemonía que no acepta, desde el desprecio aludido, dar voluntariamente ni un paso atrás en su lugar de poder-.