Argentina en la posconvertibilidad: ¿desarrollo o crecimiento industrial?

La implosión del régimen de convertibilidad de principios de 2002 devino en un proceso de modificaciones radicales en la estructura de precios relativos enmarcado en una profunda retracción de la economía en general, y del sector manufacturero en particular. La convergencia de una fuerte devaluación de la moneda local con altas tasas de inflación, el intenso deterioro que experimentaron los salarios reales y la elevada ociosidad de la capacidad productiva fabril sentaron las bases para el despliegue inicial del tradicional comportamiento contracíclico de las exportaciones, especialmente agroindustriales. En los años sucesivos, se afianzaría aún más el rumbo de crecimiento industrial favorecido por la vigencia del tipo de cambio alto y los bajos costos salariales.

Puja distributiva e inflación

En el suplemento Cash se han publicado varios artículos sobre oligopolios e inflación. Uno de ellos, partiendo de un trabajo del Estudio Bein sobre la evolución del salario real de los trabajadores y de los “márgenes unitarios” de los productos del sector industrial para los últimos diez años, arriesga algunas conclusiones sobre quiénes resultaron los verdaderos ganadores en la puja distributiva y además considera que la inflación no puede ser atribuida a la acción remarcadora de los oligopolios o monopolios, sino que éstos perdieron en la puja distributiva; aunque no todos hayan perdido por igual. Frente a postulados de tal magnitud, intentaré volcar algunas reflexiones con el ánimo de aportar al debate sobre cuestiones que hoy ocupan un lugar importante en la confrontación ideológica.

La negociación colectiva en la posconvertibilidad

La negociación colectiva fue revitalizada con la persistencia de las negociaciones que año a año realizan los trabajadores y los empresarios, luego de una etapa en la que prácticamente no se pactaron salarios y condiciones laborales. En efecto, durante los años noventa la negociación colectiva perdió relevancia en virtud de dos procesos operados simultáneamente: a) el congelamiento de –casi– todos los precios vigentes bajo el régimen de convertibilidad, y b) la situación desventajosa que tenía la clase obrera para discutir salarios y condiciones de trabajo debido a las políticas expresamente favorables al empresariado.

Informe de Coyuntura Nº 14

La consolidación del crecimiento económico, por un lado, y la reducción de la desocupación junto a un incremento de los salarios superior al ritmo inflacionario, por otro, constituyen dos de los procesos relevantes y positivos del primer semestre de 2013.

A su vez, el comportamiento de la ocupación y de los salarios preanuncia un mejoramiento de la participación de los asalariados en el ingreso, que ya había comenzado en 2012, debido a que ambas variables están evolucionado por encima del crecimiento de la actividad económica.

“Inflación inercial”

¿Qué evaluación hace sobre la dinámica de precios actual?

–Es necesario bajar los niveles de inflación. En primer lugar hay que aclarar que la inflación que tenemos ahora no tiene nada que ver con los registros históricos. Nosotros tuvimos el siglo pasado el record mundial de inflación como consecuencia de la inestabilidad institucional y los desórdenes macroeconómicos. Esos dos factores no existen en la actualidad. Lo que hay es básicamente una inflación inercial. La sociedad incorporó la idea de que los precios suben el 20 por ciento y sobre ese nivel se discute la distribución del ingreso. Eso da ajustes de salarios promedio del 25 por ciento que llevan la inflación a niveles semejantes. Por eso una mesa de diálogo continúa en el marco de señales contundentes que puede contribuir para desactivar la inflación inercial. No hay riesgos de desborde hiperinflacionario.

El complejo problema de la inflación

En esta materia, Argentina exhibe uno de los índices más elevados y persistentes del planeta, ratificando así una constante que ya se extiende, salvo breves lapsos intermedios, por más de sesenta años sin que se la haya logrado dominar eficazmente.

En general hay coincidencia en que la inflación constituye una fuerte e insalvable traba al desarrollo que tiende a favorecer una mayor concentración de la riqueza, causando un marcado cuan sistemático deterioro de la liquidez y de los ingresos que siempre se reajustan con cierto rezago, especialmente los salarios.

El neoliberalismo en las escuelas

La coyuntura educativa se encuentra atravesada por el fracaso de la paritaria entre el gobierno nacional y los sindicatos docentes. Estos últimos rechazaron la propuesta de aumentar progresivamente el salario mínimo de 2800 a 3416 pesos. Los dirigentes sindicales calificaron de “insuficiente” al incremento salarial y el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, sostuvo que el ofrecimiento tuvo “en cuenta las posibilidades del gobierno nacional, las demandas salariales y las capacidades provinciales”. El titular de la cartera educativa planteó que los dirigentes sindicales “no terminaron de entender la paritaria, cuyo objetivo es fijar el salario del cargo testigo; un mínimo cobrado por una proporción menor de un 8 por ciento”.

La naturaleza de la inflación contemporanea

El fracaso de las tentativas destinadas a combatir la inflación, el carácter insatisfactorio de las teorías que se proponen explicar el proceso inflacionario y el reciente debate brasileño sobre las causas actuales de la inflación - que sumados desembocaron en propuestas de desindexación, congelamiento de precios y salarios, reforma monetaria - sugieren una reflexión sobre la naturaleza de los desequilibrios inflacionarios contemporáneos.