Sobre el trabajo académico, el asalto neoliberal a las universidades y cómo debería ser la educación superior

Lo que sigue es la traducción castellana de una transcripción editada en inglés de un conjunto de observaciones realizadas por Noam Chomsky vía Skype el pasado 4 de febrero para una reunión de afiliados y simpatizantes del sindicato universitario asociado a la Unión de Trabajadores del Acero (Adjunct Faculty Association of the United Steelworkers) en Pittsburgh, PA. Las manifestaciones del profesor Chomsky se produjeron en respuesta a preguntas de Robin Clarke, Adam Davis, David Hoinski, Maria Somma, Robin J. Sowards, Matthew Ussia y Joshua Zelesnick. La transcripción escrita de las respuestas orales la realizó Robin J. Sowards y la edición y redacción corrió a cargo del propio Noam Chomsky.

Estados Unidos y los golpes de estado en América Latina

La semana recién pasada, el gobierno bolivariano de Nicolás Maduro expulsó de su territorio a tres funcionarios de la embajada de Estados Unidos en Venezuela, por su abierto injerencismo en los asuntos internos de Venezuela.

El gobierno de Estados Unidos se lavó las manos y dio a entender que nada tiene que ver con las protestas estudiantiles y desórdenes callejeros que asolan Venezuela. Pero una mirada a la historia reciente de los golpes de estado en América Latina, confirma las denuncias del gobierno venezolano y contradice la posición del gobierno estadounidense.

En 1954 la Agencia Central de Inteligencia, CIA, en contubernio con la tiranía somocista, derrocó al gobierno legítimamente constituido del coronel Jacobo Arbenz Guzmán en Guatemala. Desde el aeropuerto Las Mercedes de Managua, despegaba cada madrugada un avión C-47 (conocido en Nicaragua durante la insurrección de 1979 como el “dundo Ulalio”), piloteado por el agente de la CIA, Jerry DeLarm y bombardeaba edificios gubernamentales en ciudad Guatemala.

El presidente Arbenz promulgó una reforma agraria que afectaba los intereses de la multinacional norteamericana United Fruit Company, vinculada a la oligarquía guatemalteca y grupos de presión en EE.UU. El títere de la CIA que derrocó a Arbenz, el coronel Carlos Castillo Armas, “abolió la reforma agraria, suspendió el programa favorable a los indígenas, impuso una severa censura, disolvió el Congreso y persiguió duramente a la oposición”.

En su libro “Bitter Fruit” [Fruta amarga], el periodista estadounidense Steven Kinzer, quien años después fuera el corresponsal del New York Times en Nicaragua, narra con lujo de detalles la estratagema de la CIA en contubernio con la bananera United Fruit Company y el calvario del pueblo guatemalteco. A partir del golpe contra Arbenz, Guatemala se vio sumida en la vorágine de una sangrienta y prolongada guerra civil que cobró más de 200 mil vidas y duró 35 años.

En 1961, la CIA organiza la invasión mercenaria de Bahía de Cochinos contra el gobierno de Fidel Castro en Cuba. El 17 de marzo de 1960, el presidente Dwight Eisenhower ordenó a la CIA la organización de una unidad paramilitar integrada por cubanos exiliados anti-castristas, con el objetivo de derrocar al presidente Fidel Castro. El papel de la CIA era el de coordinar acciones de inteligencia con grupos anti-castristas dentro de Cuba, que pudieran facilitar la invasión.

Se esperaban levantamientos populares contra Castro y deserciones masivas de sus fuerzas, pero esto jamás ocurrió. Por el contrario, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba, aplastaron y derrotaron la invasión en menos de 65 horas. Un centenar de invasores murieron y más de 1200 fueron hechos prisioneros.

Tan solo tres años después, el gobierno de Estados Unidos participa activamente en el derrocamiento del presidente socialista Joao Goulart de Brasil el 31 de marzo de 1964. En un discurso pronunciado el 13 de marzo de 1964, ante 150 mil personas, Goulart anunció las reformas, como la nacionalización de las refinerías de petróleo y la expropiación de tierras para la aplicación de la reforma agraria.

Tanto las medidas promulgadas por el coronel Arbenz Guzmán en Guatemala en 1954, como las anunciadas por Joao Goulart en Brasil en 1964, que provocaron la ira del gobierno de Estados Unidos, eran muy semejantes. Los planes eran casi lo mismo: Reforma agraria para los campesinos y nacionalización de sectores de la economía que se encontraban en manos de empresas multinacionales.

En 1965 Estados Unidos invade República Dominicana para anular una rebelión popular la cual pretendía reinstaurar en el poder al presidente constitucional Juan Bosch, derrocado en 1963 por el títere de Washington, Elías Wessin y Wessin. 42 mil marinos norteamericanos desembarcan en San Domingo, junto a una simbólica “fuerza interamericana de paz” de tropas latinoamericanas, entre ellos 170 guardias nacionales nicaragüenses enviados por la tiranía somocista.

El 11 de septiembre de 1973, el general Augusto Pinochet da un golpe de estado contra el presidente constitucional de Chile, Salvador Allende Gossens. La toma del poder por Pinochet, fue el resultado de “una prolongada campaña de los E.E.U.U., de manipulación política y desestabilización en Chile”. En defensa de la “patria” y al grito de “libertad y democracia” la derecha chilena empujada por EE.UU. derrocó el gobierno democrático de Salvador Allende.

En 1964, un año antes de la invasión estadounidense a República Dominicana, la administración del presidente Lyndon Baines Johnson invirtió diez millones de dólares en una campaña secreta para garantizar la elección del demócrata cristiano, Eduardo Frei, como presidente contra el candidato del Partido Socialista, Salvador Allende.

Para 1970, Chile se convirtió en un problema para la administración de Nixon con Frei impedido para sucederse a sí mismo y Allende el favorito para ganar las siguientes elecciones. El Embajador de EE.UU. en Santiago, Edward Korry, recomendó una operación secreta urgente de la CIA para preparar un golpe de estado militar preventivo.

Desde antes que Allende jurara como presidente, la suerte estaba echada. En una reunión del Consejo de Seguridad Nacional el 6 de noviembre de 1970, Richard Nixon dijo: “Haremos chillar a la economía chilena”. Y la economía de Chile chilló. Nixon diría posteriormente estas palabras: “¡Qué hijo de puta! ¡Qué hijo de puta… Me refiero a ese hijo de puta de Allende. Vamos a aplastarlo”.

En su libro “Storm over Chile” (Tormenta sobre Chile), el escritor estadounidense Samuel Chavkin, narra los trágicos eventos del sangriento golpe fascista de Pinochet. Fue particularmente crucial el papel jugado por el embajador de Suecia, Harald Edelstam, quien valiéndose de su inmunidad diplomática, salvo la vida de numerosos patriotas perseguidos por la junta golpista.

Capítulo aparte merece el papel de la Agencia Central de Inteligencia, CIA, en la ilegal e inmoral guerra de agresión mercenaria contra la Revolución Popular Sandinista. El periodista norteamericano Gary Webb, en su libro “Dark Alliance, the CIA, the Contras and the Crack Cocaine Explosion” [Alianzas Oscuras, la CIA, los Contras y la explosión de la Cocaína de Crack] narra con lujo de detalles todo el laberinto de vínculos entre ciudadanos somocistas como Juan Norwin Meneses Cantarero alias “El Perico”, Oscar Danilo Blandón Reyes, alias “Chanchin”, la contra, la CIA y los carteles colombianos de la droga.

En Honduras, las Fuerzas Armadas hondureñas derrocan al presidente constitucional, Manuel Zelaya Rosales el 28 de Junio de 2009. Desde Washington, el tristemente célebre cubano-americano batistiano Otto Reich y el venezolano Robert Carmona Borjas, quien fue abogado del dictador Pedro Carmona durante el golpe de Estado de Venezuela en abril de 2002, ayudaron a preparar la escena del golpe contra el presidente Zelaya.

Es de suma importancia resaltar que Robert Carmona Borjas, es el abogado que redactó el infame “decreto Carmona” o “Carmonazo” mediante el cual el 12 de abril de 2002, el golpista Pedro Carmona Estanga, disolvió el Congreso venezolano, la Corte Suprema de Justicia, la Defensoría del Pueblo y el poder ejecutivo, luego de derrocar al legítimo presidente constitucional, Hugo Rafael Chávez Frías.

Saltando una gran cantidad de eventos, hechos y situaciones en donde la mano de Estados Unidos está en todo, somos testigos hoy de la envolvente campaña estadounidense contra el gobierno democráticamente electo de Nicolás Maduro Moros. El interés estadounidense por recuperar el control del país con las reservas de petróleo más grandes del planeta, fue una constante durante todo los 14 años del gobierno de Hugo Chávez Frías.

La investigadora estadounidense-venezolana Eva Golinger, autora del libro El Código Chávez, hacienda uso de la denominada “Freedom of Information Act” [Ley de Libertad de Información], obtuvo una amplia gama de documentos clasificados, que revelan el profundo involucramiento de Estados Unidos en la desestabilización de la Revolución Bolivariana.

Con semejantes antecedentes que datan de más de medio siglo, consignando la autoría y paternidad de tantos golpes de estado promovidos por Estados Unidos en Latinoamérica, resulta ridículo que ahora la administración Obama diga no tener nada que ver con las revueltas callejeras en Venezuela, cuando por propia confesión del dirigente opositor Leopoldo López, dicen que su objetivo es derrocar a un gobierno legítimamente surgido de las urnas y reconocido por todos los gobiernos de la tierra.

Izquierda y progresismo ante la integración y la globalización

En los últimos tiempos el progresismo parece estar tomando un sendero distinto al de la izquierda que le dio su origen. Esta divergencia que asoma también se expresa en cómo se aborda la globalización y la integración latinoamericana.

La situación actual es heterogénea, por momentos contradictoria. Se debe celebrar, por ejemplo, contar con ámbitos de discusión política como UNASUR o CELAC, rompiendo con las tutelas de Estados Unidos. Pero persisten estrategias conservadoras de liberalización comercial, como los de la Alianza del Pacífico.

Las pymes del circuito de hidrocarburos en la Cuenca Neuquina. Innovación productiva, renacionalización de YPF y cluster shale: nuevos desafíos en el escenario global

El presente trabajo explora las modificaciones que se vienen gestando en la cuenca petrolera neuquina en los últimos años, en especial a partir del reciente cambio en el régimen energético, la restatización parcial de YPF y el nuevo desarrollo de los hidrocarburos no convencionales, en tanto conforman un escenario técnico, económico e institucional inédito para el desenvolvimiento de las pymes de servicios petroleros. A partir de ello, estas unidades enfrentan el desafío de responder a las nuevas formas de articulación productiva lideradas por YPF a través de estrategias colectivas que eleven sus capacidades tecnológicas y organizativas, promuevan la eficiencia productiva, encaminen su jerarquización funcional y fortalezcan su capacidad de negociación en los eslabones locales de la cadena global de los hidrocarburos.

Estancamiento inveterado y dinero endógeno

La crisis de 2007/08 ha generado muchas incomodidades a la teoría económica convencional, y no solo por el mero hecho de que haya ocurrido. El pensamiento económico convencional tiene muchos retos; el credo convencional anterior a la crisis era que ni siquiera una crisis podía ocurrir (Edward C. Prescott, 1999), o que las posibilidades de tal acontecimiento se había reducido drásticamente (Ben Bernanke, 2002), si no eliminado (Robert E. Lucas, Jr., 2003), todo ello cortesía de la comprensión científica de la economía que la teoría económica ortodoxa de la corriente principal había venido desarrollando.

Esas anomalías siguen sin solucionarse, y el tiempo ha venido ahora a añadir otra, todavía más perentoria: el hecho de que la recesión haya persistido por mucho tiempo después de la crisis. Recientemente, Larry Summers sugirió una factible explicación en su discurso en el FMI como la verdadera explicación de una depresión persistente que ha estado con nosotros desde mucho antes de que la crisis empezara. Su visibilidad fue oscurecida por la Burbuja de las Subprime, pero una vez que estalló, fue evidente.

Informe sobre Bancos

Sobre el cierre del año la intermediación financiera continuó expandiéndose marcadamente. Así, a lo largo de 2013 el crédito a los sectores productivos y a los hogares acumuló un importante dinamismo, al tiempo que los depósitos a plazo en pesos del sector privado incrementaron su participación en el fondeo total del conjunto de bancos. El sistema financiero cerró el noveno año consecutivo con ganancias contables, presentando elevados indicadores de liquidez y solvencia. En diciembre las financiaciones en pesos al sector privado aumentaron 4,3% (34,1% i.a.), con una expansión difundida entre las distintas líneas de crédito. El crecimiento mensual del crédito total (pesos y dólares) al sector privado estuvo impulsado principalmente por el segmento a empresas, que verificó un incremento de 4,8% (30,7% i.a.). Por su parte, las financiaciones a las familias crecieron 2,8% (30,9% i.a.) en el período. El BCRA continúa promoviendo el financiamiento con fines productivos. A través de la Línea de Crédito para la Inversión Productiva (LCIP), desde su implementación hasta el cierre de 2013 se desembolsaron unos $53.700 millones —$35.100 en 2013—. Sobre el cierre del año el BCRA decidió impulsar un nuevo tramo de la LCIP para la primera mitad de 2014. El nuevo monto a asignar equivale a aproximadamente $23.000 millones.

La creciente influencia de China en el Atlántico Sur

En la última década, el flujo de bienes, personas e ideas a través del Atlántico Sur ha aumentado considerablemente, no solo por los vínculos comerciales y de cooperación crecientes entre América del Sur y África, sino también por los nuevos intereses de potencias emergentes extrarregionales como la República Popular de China. Este artículo estudia el papel creciente de China en la región de acuerdo con tres dimensiones (económica, política y de seguridad) a la luz de la evolución de su estrategia en países en desarrollo. Se incluye el papel de actores políticos no estatales, como empresas y comunidades de la diáspora. Se concluye que, a pesar de que el Gobierno chino no tiene aun una «política sobre el Atlántico Sur», la región ha adquirido una importancia estratégica para China. Por último, se destaca el renovado interés de China por la Antártida.

Condiciones escritas y pasos pendientes

Tras la firma del acuerdo, que se concretará hoy, cada parte deberá obtener la aprobación en su país. Cómo se resolverá el pago de los bonos, su valuación al momento de pago y su cancelación final.

1) ¿Concluyó el proceso de expropiación?
La Argentina y Repsol ya se pusieron de acuerdo sobre el mecanismo de compensación por la expropiación del 51 por ciento de las acciones de YPF. Como todavía restan algunos pasos formales, la emisión de los bonos se realizaría a comienzos de abril. El ministro de Economía, Axel Kicillof, rubricará hoy con un representante de la petrolera el Convenio de Solución Amigable y Avenimiento de Expropiación, el texto aprobado el martes por el Consejo de Administración de la firma española. El próximo paso es enviar al Congreso un proyecto de ley para ratificar el convenio. Como la compensación no estaba contemplada en el Presupuesto 2014, los legisladores también tienen que habilitar la emisión de los bonos que se entregarán en pago. En Madrid, Repsol debe obtener el visto bueno de la asamblea de accionistas el 28 de marzo. Terminada la expropiación, la petrolera española conservará un 12 por ciento del paquete accionario de YPF.
2) ¿Cuánto va a pagar la Argentina por el 51 por ciento de las acciones de YPF?
La Ley de Soberanía Hidrocarburífera dispuso que correspondía compensar a Repsol siguiendo la Ley de Expropiaciones. Esa legislación establece que “la indemnización se pagará en dinero en efectivo, salvo conformidad del expropiado para que dicho pago se efectúe en otra especie de valor”. El Gobierno y la petrolera española acordaron un mecanismo alternativo, con un combo de títulos de deuda soberana, por un valor nominal de 5000 millones de dólares y vencimientos hasta 2033. Si se aplicaba el procedimiento tradicional y Repsol estaba en desacuerdo con la valuación realizada por el Tribunal de Tasaciones, podía cobrar y seguir reclamando una compensación mayor en la Justicia. Ahora debe desistir de las 31 demandas iniciadas. El día que se entreguen los papeles, la Argentina garantiza que el paquete de bonos valdrá como mínimo 4670 millones en el mercado. El pago de los vencimientos de los bonos en poder de Repsol se canalizará utilizando reservas del Banco Central, como sucede con el resto de los acreedores privados.
3) ¿Un pago por 5000 millones de dólares es una cifra exagerada?
“Recuperar el control de un activo estratégico como YPF no es gratuito, pero hacerlo entregando bonos es una solución muy favorable para el país”, explicaron a Página/12 desde el Palacio de Hacienda. Existen múltiples comparaciones. Repsol inició una demanda en el Ciadi, el tribunal arbitral del Banco Mundial, por 10.500 millones de dólares e incluso el presidente de la compañía, Antonio Brufau, amenazó con subir la apuesta hasta 18 mil millones. Por su parte, la evaluación del comportamiento predatorio de la administración española sobre los activos de YPF (evidenciada en el Informe Mosconi) hacía prever que el Gobierno exhibiría una durísima posición contra la petrolera ibérica. La cifra acordada es relevante, pero en el equipo económico relativizan su magnitud al compararla con los 2500 millones de dólares de dividendos girados en los últimos dos años de la administración Repsol, la reducción en las importaciones de GNL por la mejora en la producción de gas, el desarrollo de Vaca Muerta y la posibilidad de incrementar la inversión. Fundamentalmente, cierra una disputa que ya llevaba dos años y limitaba la capacidad de crecimiento de YPF.
4) ¿El monto que desembolsará el país será mayor a 5000 millones?
En términos nominales y en valor bruto, es probable (considerando que un dólar pagado hoy es lo mismo que un dólar pagado en 2033). Si se llevaran los pagos a valor presente (descontando intereses por el tiempo transcurrido hasta la fecha de pago), el resultado sería muy inferior. El mecanismo es el mismo que opera cuando una empresa toma un crédito para invertir o una familia accede a un crédito hipotecario, cuando se cancela la deuda uno devuelve más que lo que recibió. El beneficio reside en postergar en el tiempo el pago aunque tenga un costo. En el caso de la compensación a Repsol, el plazo es de dos décadas.
5) ¿Qué bonos entregará la Secretaría de Finanzas?
La ley que se presentará al Congreso deberá contemplar la emisión de títulos por un valor nominal de 5000 millones de dólares y autorizar una posible “emisión complementaria” por otros 1000 millones. El primer paquete está compuesto por 3250 millones de un nuevo título, Bonar 2024, con vencimiento a 10 años y tasa de interés anual de 8,75 por ciento con pagos semestrales. Como se trata de un papel que no tiene mercado para liquidarse, el Estado garantizará los tres primeros pagos de intereses por 150 millones de dólares cada uno, a través de un depósito equivalente en el Banco Nación. El listado de títulos lo completarán 500 millones de Bonar X (vence en 2017 y paga una tasa del 7 por ciento) y 1250 millones del Discount 33 (se amortiza en 2033 con intereses del 8,28 por ciento). La cartera de bonos adicionales estará compuesta por hasta 400 millones de Boden 2015 con una tasa del 7 por ciento y vencimiento en 2015; hasta 300 millones del Bonar X; y hasta 300 millones de nuevo Boden 2024. De ser necesarios, esos papeles se utilizarán en ese orden.
6) ¿Cuando se gatillaría el uso del paquete adicional de bonos?
El Gobierno emitirá títulos por un valor nominal de 5000 millones de dólares. Pero, si en el mercado la cotización de esa cartera (el promedio durante los 90 días anteriores) es menor a 4670 millones de dólares, se deberán entregar bonos adicionales de la cartera contingente, hasta completar ese valor garantizado, pero con un tope de 1000 millones. Las estimaciones se realizarán previo a la entrega de los papeles y para eso las partes ya acordaron un mecanismo de valuación. Así, si el valor de los bonos al momento de emitirlos es de 4100 millones de dólares, se deberán dar en simultáneo títulos del segundo grupo con un precio de mercado de 570 millones de dólares (respetando el tope de 1000 millones de dólares a valor nominal).
7) ¿Bajo qué escenario Repsol debería devolver los bonos?
La deuda se saldará definitivamente cuando por los vencimientos de capital y/o la venta de bonos a terceros, Repsol contabilice cobros en efectivo por 5000 millones de dólares. Los pagos de intereses que reciba la petrolera no son contabilizados en esa cuenta, porque es una renta por los plazos de pago acordados. El titular de la compañía dio a entender que, a lo largo de los próximos dos años, podría liquidar una parte de los títulos para hacerse de efectivo. Si por esas operaciones la petrolera recibiera más de 5000 millones de dólares, el acuerdo establece que deberá devolver los papeles argentinos que conserve en su poder. No es sencillo que eso suceda, pero tampoco imposible. Cuando un bono está a punto de cancelarse definitivamente, su cotización puede exceder al valor nominal.