El efecto Hawthorne
Se dice que la matemática es la única ciencia “exacta” porque tiene el privilegio de crear sus propios objetos. Lo realmente extraño, decía Einstein, es que la realidad siempre termina comportándose de acuerdo con ella.
Todas las demás ciencias tienen márgenes de imprecisión más o menos amplios, porque no tienen más remedio que basarse en la medición de los fenómenos, que jamás puede ser perfecta. El punto geométrico de Euclides no tiene extensión y la línea carece de anchura, pero en el mundo físico los puntos y las líneas ocupan algo de espacio.
Pensar la economía con mirada alternativa
Durante más de treinta años los eventos organizados por el Banco Central estuvieron monopolizados por la ortodoxia y el establishment financiero internacional. Las Jornadas Monetarias y Bancarias del BCRA funcionaban como un espacio para la legitimación de las políticas y teorías económicas dominantes. A partir de 2010 esa tradición se quebró. En la edición de este año, los paneles estuvieron monopolizados por economistas con visiones alternativas de la economía.
Venezuela: Un triunfo esperado, gratificante, alentador
Latinoamérica sigue respirando sin sobresaltos: en las inmaculadas elecciones presidenciales venezolanas, el presidente Hugo Chávez fue reelecto para un tercer mandato, impidiendo la restauración neoliberal alentada desde Estados Unidos y varios países europeos y avivando, una vez más, el proceso integrador de la región.
El triunfo bolivariano es un aliento para aquellos que en Latinoamérica y el mundo buscan salida a la crisis del neoliberalismo: sí se puede luchar contra el capitalismo. “Venezuela ha cambiado. La lucha de clases (ocultada por la historia tradicional) que se inició desde el mismo siglo XVI, hoy día está culminando: la antigua hegemonía de la cultura burguesa está siendo suplantada por una contrahegemonía de la clase popular”, dice el historiador y antropólogo Mario Sanoja Obediente.
Energía nuclear, nacional y popular
El ministro de Planificación firmó un acuerdo de cooperación en energía atómica con la empresa china CNNC. El Gobierno pretende que haya mayor transferencia de tecnología en el proyecto de construcción de una nueva central nuclear.
El Gobierno pretende que la cuarta central nuclear, que utilizaría la tecnología de uranio enriquecido, novedosa para el país, tenga un contenido de industria nacional cercano al 60 por ciento. Por esa razón el ministro de Planificación, Julio De Vido, se reunió ayer en esta ciudad con Sun King, presidente del directorio de la Compañía Nacional Nuclear China (CNNC), firma que está interesada en el proyecto y participaría de la licitación que, según está previsto, se abrirá el año que viene. Por otro lado, la poderosa China State Construction Engrg. Corporation confirmó a De Vido que está interesada en la construcción de las represas hidroeléctricas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic. Para esa compañía sería el primer desembarco en América latina (ver aparte).
De Vido fue recibido a la mañana por Zhang Xiaoquian, viceministro de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, el organismo responsable de la planificación económica en China. El funcionario asiático le manifestó que está “entusiasmado por la participación de empresas chinas en el proceso de licitación de las represas”. Como el Estado es propietario tanto de las empresas contratistas como de los bancos que financiarían la operación, el guiño de Zhang es una buena señal, advierten miembros de la delegación oficial. Acompañaron a De Vido el secretario de Obras Públicas, José López; el subsecretario de Recursos Hídricos, Edgardo Bortolozzi, y el vicepresidente de la estatal Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima (NA-SA), José Luis Antúnez.
El gobierno chino también resaltó su intención de apoyar la participación de las empresas de telecomunicaciones en el mercado nacional, desembarco que se facilitaría a partir del 25 por ciento del espacio radioeléctrico sobre el que recientemente Arsat logró tener el manejo. En China hay 1060 millones de usuarios de celulares, de los cuales 180 millones utilizan la tecnología 3G. La firma china interesada es Datang Mobile Comunication, operadora y fabricante para el sector en este país.
El Gobierno tiene proyectadas dos nuevas centrales nucleares para la generación eléctrica hacia el año 2025. La primera de ellas sería Atucha III, licitación que podría abrirse el año viene. Por eso, además del interés que los chinos mostraron en la energía hidroeléctrica, el petróleo, las telecomunicaciones y la energía eólica, se firmó también un acuerdo en el área nuclear de entendimiento con la firma china CNNC, para estudiar la posibilidad de que los asiáticos se desenvuelvan en la Argentina, pero bajo condiciones de transferencia tecnológica hacia adentro del tejido industrial nacional.
La intención oficial es que las próximas centrales nucleares utilicen la tecnología de uranio enriquecido en lugar del agua pesada y el uranio natural, modalidades que, como se utilizaron en Atucha I y Embalse, ya son conocidas. El uranio enriquecido genera más energía que el natural o agua pesada para el mismo parque de maquinarias.
“Para Argentina es muy importante tener en este nuevo proyecto la mayor cantidad de transferencia tecnológica, para que Argentina sea realmente dueña de la central y que esto permita que el tejido industrial nacional se beneficie del proyecto”, explicó Antúnez. Por eso, De Vido y sus colaboradores se reunieron con la CNNC. Las negociaciones son complejas porque detrás está el Estado chino, que impulsa siempre que sus compañías controladas puedan exportar la mayor cantidad posible de tecnología y valor agregado. En el país actualmente se fabrica uranio natural y agua pesada.
No es la primera empresa con la cual la cartera de Planificación mantiene reuniones. Anteriormente se mostraron interesados Westinghouse, de Estados Unidos, Areva (Francia), Rosatom (Rusia) y Kepco (Corea). Precisamente, con los rusos De Vido tendrá el lunes, durante su visita a Moscú para continuar con el “road show” de las represas en el río Santa Cruz, un encuentro por el tema nuclear.
Según explicó Antúnez, conocedor al detalle de los tres proyectos nucleares en Argentina que existen en la actualidad, en el caso de Atucha I la adquisición fue de tipo “llave en mano” a la firma Siemens, “con un grado muy bajo de contenido local, menor al 10 por ciento”. En Embalse, cuya tecnología fue adquirida a ASL de Canadá, la participación local ascendió a un 30 por ciento, mientras que Atucha II se está terminando con un grado de presencia nacional del 40 por ciento. Si bien la tecnología que tendría la próxima central de uranio enriquecido no se practica en Argentina, la intención oficial es seguir elevando el contenido local, con el objetivo del 60 por ciento.
Eso implica que la firma contratista deberá adquirir maquinarias, equipos e insumos a empresas locales, a las que, llegado el caso, tendrá que capacitar. Como ningún actor económico de esta relevancia regala nada, el Estado nacional pondrá determinadas exigencias en la propia licitación. Cuanto mejor sea la oferta de los privados en términos de financiamiento y de transferencia de tecnología, más posibilidades tendrá de quedarse con el proyecto. El esquema financiero incluiría la importación de los equipos por parte del Estado con un crédito de los bancos de desarrollo de los países donde radica la empresa contratista.
En general, la mayor cantidad de centrales nucleares en funcionamiento se ubican en países desarrollados, como Estados Unidos (104 centrales) y Francia (58), y también en Rusia (30). En China hay 11 centrales, pero 27 en construcción, lo que lo ubica en el país con mayor grado de expansión en energía nuclear en términos absolutos.
Si un día todos los chinos saltan al mismo tiempo…
La frase tiene escondida dos ideas básicas sobre ese país: son muchos y están organizados. Probablemente nunca van a explorar las consecuencias de pegar un salto al mismo tiempo para ver si, de verdad, del otro lado del mundo nos caemos. Pero cada vez más el “que pasaría si” sobre China llena gran parte del cofre de los enigmas actuales y futuros. Los datos que sostienen el nuevo escenario son ya archiconocidos: 1) China crece a niveles inéditos desde hace décadas, 2) su población es la más numerosa del mundo, 3) el gobierno es un Partido Comunista que, si ha dejado gran parte de su programa socialista en el camino, está logrando una hazaña política no menor: controlar, ordenar, administrar el pasaje de una economía rural de subsistencia a un capitalismo urbano con planificación central.
Los estilos actuales de inserción internacional de Brasil y de China
El artículo analiza las diferencias existentes entre el modo de inserción internacional de Brasil y de China. Para su explicación se destacan la importancia de la geografía económica, de la infraestructura de transportes y de las características de los acuerdos de integración que conforman.
El contraste entre ambas experiencia se explica en parte, a que mientras los países asiáticos buscan estimular la formación de cadenas productivas globales, los países sudamericanos apuntan a crear mercados regionales en los que operen empresas locales. Para lograr su objetivo, los países asiáticos requieren una estructura de transporte adecuada y la reducción de los costos de transacción, en cambio, los países sudamericanos necesitan cumplir con requisitos tales como armonización de políticas domésticas y presiones proteccionistas, más difíciles de lograr.
Con mucha ficha
El Estado nacional está diseñando una amplia política de telecomunicaciones que hará eje en la provisión de conectividad a través de fibra óptica, la utilización de las frecuencias 3G para brindar servicios de telefonía celular, la bajada de contenidos para la televisión digital abierta y la gestión y puesta en órbita de satélites de comunicaciones. El denominador común para llevar adelante esta estrategia es Arsat, una compañía pública que nació en 2006 para hacerse cargo de la operación de un satélite que pertenecía a la empresa Nahuelsat, pero con el tiempo pasó a ocupar un rol central en la planificación de la política de telecomunicaciones del Estado.
Cómo trascender el panfleto
Ayer falleció el historiador Eric Hobsbawm. Autor de una producción historiográfica impresionante, se convirtió en referente de varias generaciones de historiadores de todo el mundo. En rigor, no debe haber una universidad vinculada con las ciencias sociales que no lo tenga como lectura obligatoria en muchas de sus cátedras. De hecho, su influencia llega a los programas de los colegios secundarios. De ahora en más se multiplicarán los homenajes, los dossiers, los seminarios, las interpretaciones y los debates dedicados a recorrer y analizar su obra.
Transgénicos: un asalto a la salud y al medio ambiente
En la última década del siglo XX, y sobre todo en años recientes, en la mayoría de los países de América latina, nos hemos visto confrontados a la introducción en nuestros países, de los llamados “transgénicos”, sea a través de semillas, de productos alimentarios o farmaceúticos. Son productos de una tecnología que rompe los límites naturales entre las especies y por lo tanto, su adecuación en el medio ambiente. La autora afirma que la necesidad de estos productos para productores y consumidores, así como sus potenciales impactos en nuestra salud, medio ambiente y economía, son interrogantes que no han sido contestados y mucho menos debatidos públicamente con la amplitud que reclama la gravedad e irreversibilidad de los riegos potenciales que con lleva esta tecnología.
La hambruna próxima
Hace tiempo que Mike Davis logró demostrar que las hambrunas ocurridas desde finales del siglo XIX y principios del siglo XX poco tuvieron que ver con el fenómeno El Nino Southern Oscilation (ENSO). El factor dominante de la penuria alimentaria tiene que ver con un modelo económico depredador que ha puesto el lucro por delante del bienestar de la humanidad.
Fue en 1991, bajo la presidencia de Gary Cohn, cuando Goldman Sachs incurrió en la creación de un índice financiero que contenía desde petróleo, metales preciosos, soya, maíz, entre otros alimentos, denominado Goldman Sachs Commodity Index (GSCI), tiempo después la mayoría de los bancos crearían sus índices propios.