Apertura de ideas
Estamos insatisfechos con el empobrecimiento progresivo del plan de estudios que ha tenido lugar a lo largo del último par de décadas. Esta falta de diversidad intelectual no sólo perjudica a la educación y a la investigación, sino que limita nuestra capacidad para enfrentarnos a los retos del siglo XXI, desde la estabilidad financiera hasta la seguridad alimentaria y el cambio climático.
Hay que dejar que el mundo real vuelva a entrar en las aulas, y que con él vuelvan el debate y el pluralismo de teorías y métodos. Esto ayudaría a renovar la disciplina y permitiría crear un espacio donde se puedan generar soluciones a los problemas de la sociedad.
Desde todas partes del mundo, llamamos a un cambio de rumbo. No pretendemos tener la respuesta perfecta, pero no nos cabe duda de que los estudiantes tendrán mucho que ganar con la presencia en los planes de estudios de perspectivas e ideas diversas. El pluralismo no sólo permitiría enriquecer la enseñanza y la investigación y revitalizar la disciplina, sino que conlleva también la promesa de poner la economía de nuevo al servicio de la sociedad. Los planes de estudio deberán incluir tres formas de pluralismo: pluralismo de teorías, métodos y disciplinas.
Pluralismo de teorías significa ampliar el rango de corrientes de pensamiento económico representadas en los planes de estudio. No nos oponemos a ninguna teoría en particular. No se trata de tomar partido, sino de promover debates intelectualmente ricos y de aprender a contrastar ideas críticamente. Mientras otras disciplinas abrazan la diversidad y enseñan teorías distintas aun cuando son incompatibles entre sí, la economía es presentada como un cuerpo de conocimiento unificado. Es cierto que la escuela de pensamiento dominante tiene variaciones dentro de sí, pero no deja de ser una única manera de hacer economía y de mirar al mundo. Esto es inaudito en otros campos: nadie tomaría en serio una carrera de psicología en la que sólo se oyera hablar de Freud, o una carrera de políticas en la que sólo se hablara de socialismo de Estado. Un plan de estudios completo debe promover una variedad de marcos teóricos, desde los enfoques neoclásicos frecuentemente enseñados hasta los enfoques frecuentemente excluidos, tales como las escuelas clásicas, post-keynesianas, institucionalistas, ecológicas, feministas, marxistas y austríacas, entre otras. La mayoría de los estudiantes de económicas acaban la carrera sin haber visto dicha diversidad intelectual.
Asimismo, es esencial que los planes de estudios incluyan asignaturas que proporcionen una contextualización y fomenten la reflexión sobre la disciplina económica y sus métodos, asignaturas tales como la filosofía y epistemología de la economía. Y, puesto que ninguna teoría puede entenderse del todo sin tener en cuenta el contexto histórico en que fue formulada, los estudiantes habrán de ser expuestos sistemáticamente a la historia del pensamiento económico, a la literatura clásica y a la historia económica. Hoy en día dichas asignaturas no existen o están relegadas a los márgenes de los planes de estudios.
Pluralismo metodológico significa ampliar el rango de herramientas a disposición de los estudiantes a la hora de analizar y entender fenómenos económicos. Está claro que las matemáticas y la estadística son indispensables para esta disciplina. Sin embargo, a menudo los estudiantes aprenden a dominar estas técnicas sin saber por qué ni cómo utilizarlas, sin discutir cómo se eligen las premisas ni hasta dónde son aplicables los resultados. Es más, hay aspectos importantes de la economía que no pueden ser aprehendidos mediante métodos cuantitativos exclusivamente; un análisis en profundidad requerirá complementar estos métodos con los utilizados por otras ciencias sociales. Por ejemplo, la comprensión de las instituciones y la cultura avanzaría bastante si los análisis cualitativos ocuparan mayor espacio en los planes de estudio. Sin embargo, casi ningún estudiante de económicas cursa clases sobre estos métodos.
Por último, la enseñanza de la economía debe incluir enfoques interdisciplinarios y permitir a los estudiantes interactuar con otras ciencias sociales y con las humanidades. La economía es una ciencia social; los fenómenos económicos son complejos y rara vez se pueden entender si se presentan en el vacío, aislados de sus contextos sociológicos, políticos e históricos. Y para poder discutir sobre política económica adecuadamente, los estudiantes han de entender los impactos sociales y las implicaciones morales de las decisiones económicas.
Aunque la puesta en práctica concreta de tales formas de pluralismo variará sin duda de un lugar a otro, ideas como las siguientes podrían ser de utilidad:
- La contratación de docentes e investigadores que puedan aportar diversidad teórica y metodológica a los planes de estudio.
- La creación de textos y otras herramientas pedagógicas que apoyen una oferta formativa pluralista.
- La formalización de colaboraciones entre departamentos de ciencias sociales y de humanidades, o el establecimiento de departamentos especiales que puedan supervisar programas interdisciplinarios que mezclen la economía y otros campos.
El cambio será difícil, siempre lo es. Pero ya está sucediendo. De hecho, estudiantes de todo el mundo ya hemos empezado a generar cambios poco a poco. Hemos llenado aulas con charlas semanales a cargo de profesores invitados sobre temas ausentes en los planes de estudio; hemos organizado grupos de lectura, talleres, conferencias; hemos analizado los planes de estudio actuales y elaborado programas alternativos; hemos empezado a enseñarnos a nosotros mismos y a otros las nuevas asignaturas que queremos ver en los planes de estudio; hemos fundado grupos universitarios y construido redes tanto a nivel nacional como internacional.
El cambio habrá de venir de muchos lugares. Así que ahora los invitamos –estudiantes, economistas y no economistas– a unirse a nosotros y a crear la masa crítica necesaria para el cambio. Visiten www.isipe.net para ponerse en contacto con nuestra creciente red. En última instancia, el pluralismo en la economía es esencial para un debate público saludable. Es una cuestión de democracia.
Página/12 - 9 de mayo de 2014