¿Lastres de la década? El discurso económico en disputa

“El kirchnerismo, conceptualmente, nos ha hecho retroceder 30 años. Hoy se ha vuelto a discutir los controles de cambio, la inflación, si tener déficit es bueno o malo El Gobierno dejará un déficit fiscal difícil de manejar, una deuda importante, una economía estancada o ligeramente recesiva y un tipo de cambio atrasado. En indicadores de pobreza o indigencia estamos igual que a mediados de las décadas de 1980 y 1990” (diario La Nación, 24 de mayo de 2015).

Lo cierto es que “las grandes transformaciones estructurales” promovidas por el modelo de acumulación basado en la valorización fi nanciera hicieron estallar un conjunto de “bombas de tiempo” durante la crisis de la convertibilidad. Y éste es un dato objetivo, tan peligroso que puso en riesgo a la soberanía de la Nación. No faltó quien, por entonces y pese a ser parte responsable de lo ocurrido, recomendara poner la gestión integral de la Argentina en manos de una consultoría internacional integrada por expertos de los organismos multilaterales de crédito y con plenos poderes para hacer y deshacer en materia económica y social. Por cierto, tal “asesoramiento” se pagaría tomando más deuda externa. Afortunadamente primó el sentido común y, por un pelo, tal dislate fue descartado.

Por qué no se logra el desarrollo

El desarrollo económico se puede definir como la capacidad de una sociedad para crear riqueza a fin de promover y mantener la prosperidad o bienestar económico y social; si se lo hace además valorando y preservando al medio ambiente, hablamos de desarrollo sustentable. La pregunta que nos hacemos es por qué eso no sucede en nuestro país.

En el marco del sistema de acumulación capitalista, con todas sus injusticias y arbitrariedades, John Maynard Keynes sostenía que “el rendimiento de la producción aumenta más rápido que los medios de absorber la mano de obra disponible”. Esto se agrava por la desigualdad de ingresos y el predominio de las finanzas sobre la economía. Por ende, la doble tarea de la demanda es superar ese escollo y, al mismo tiempo, prepararse para nuevas funciones que la producción y el conocimiento exigen.

La Presidenta anunció un proyecto de ley que limita la venta de acciones del Estado en empresas privadas

Muchas gracias, muy buenas tardes a todos y a todas; señores Gobernadores y Gobernadoras de las distintas provincias argentinas; señor secretario general de la Confederación General del Trabajo; señores empresarios; señor vicepresidente de la UIA; señor titular de la CAME; señor titular de la Cámara Argentina de Comercio; empresarios también que los acompañan; intendentes: me ha sorprendido, en estos días que no he hablado, que tanto se quejaban de la cadena nacional; hace quince días exactamente que no hago cadena nacional y parecía que algunos que siempre critican estaban ansiosos, parece la gata Flora – digo yo- cuando hablo porque hablo; cuando no hablo porque no hablo.

Kicillof defendió el proyecto sobre venta de acciones del Estado: “El drama que tienen es que no van a poder privatizar”

A lo largo de dos horas, el ministro de Economía, Axel Kicillof, defendió ante un plenario de comisiones el proyecto sobre venta de las acciones que el Estado posee en las empresas y criticó a la oposición al advertir que “el drama que tienen es que no van a poder privatizar”.

Kicillof expuso este martes ante las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Trabajo y Previsión Social del Senado, junto al director ejecutivo de la Anses, Diego Bossio, a horas de que el proyecto del Poder Ejecutivo ingresara a la Cámara alta.

Nuevos principios de la estrategia industrial

La industria ha vuelto a ocupar, merecidamente, el centro del debate sobre el desarrollo económico argentino. Constituye, en efecto, la cuestión dominante, por dos razones principales. Por un lado, porque la construcción del sistema nacional de ciencia y tecnología requiere el desarrollo de las industrias que operan en la frontera del conocimiento. Por el otro, porque el déficit en el comercio internacional de manufacturas de origen industrial (DMOI) es la causa dominante de la insuficiencia de divisas, vale decir, la restricción externa. Este es el principal obstáculo al crecimiento de la inversión, la producción y el empleo y el disparador del ciclo de contención y arranque (stop & go) de la actividad económica. Crea, asimismo, expectativas negativas que impulsan la fuga de capitales y la inflación.

¿De dónde no viene el agua?

Cuando las aguas aprietan, y eso se repite periódicamente merced a un régimen de lluvias generoso pero no siempre racional, porque la naturaleza no tiene por que serlo, la búsqueda de razones que expliquen miles de evacuados y pérdidas económicas ingentes se parecen a argumentos de circunstancias.

Ideas conservadoras vs progreso social

Esta semana se realizó en Córdoba el VIII Coloquio Industrial de la Unión Industrial Argentina (UIA), sin demasiadas sorpresas en cuanto a posicionamientos políticos de la entidad. Por su parte, los medios de comunicación hegemónicos le dieron un tratamiento menor al tema e hicieron foco en la cuestión cambiaria y la inflación, los caballitos de batalla de los sectores conservadores.

La opción

El bajo nivel de deuda pública que logró el gobierno luego de la política de desendeudamiento llevada adelante desde 2003, es un factor clave para alejar el fantasma de una profunda crisis económica. De hecho, este tipo de crisis, como la que se están viendo en países de la Eurozona, suelen producirse por un excesivo endeudamiento público, más allá de que este no sea el único factor.

La restricción eterna

El célebre economista Aldo Ferrer suele hacer referencia a la “restricción eterna” para hablar del sostenimiento en el tiempo de la “restricción externa”, es decir la falta de dólares para suplir, fundamentalmente, las necesidades industriales.