Sobre la desigualdad y otras pandemias

En la semana que recién dejamos, signada por el tratamiento legislativo de la legalización del aborto, disputas ideológicas por las vacunas contra el Covid-19 y un acto de unidad oficialista, el gobierno de Alberto Fernández promulgó la ley que establece el Aporte Solidario y Extraordinario para paliar los daños de la pandemia y el aislamiento social. El tan mentado como postergado Impuesto a la Riqueza, pues claro.

Yo me quedo en casa, patrona

El aislamiento social preventivo no se vive del mismo modo en todas las clases sociales: para las familias pudientes con mansiones, un mes sin el personal doméstico puede ser una pesadilla. Por eso activan una batería de chantajes emocionales y patronales, para impedir que las trabajadoras del hogar cumplan el aislamiento social preventivo en sus casas. Pero las abejas se siguen organizando y esta vez toca cuidarse. Cómo se comunican, el sindicato que aun no está, la estrategias para plantarse. ¿Ahora sí las vemos?

Desigualdad y descontento social en América Latina

La ola de protestas volvió a colocar en primer plano la concentración del ingreso en América Latina. Más allá de que los indicadores muestran una reducción de la desigualdad relativa, cuando se toman en cuenta el retroceso en el bienestar producido a raíz del fin del auge de las materias primas y las limitaciones de los indicadores de la desigualdad comúnmente utilizados, la oleada de protestas como rebelión frente a la desigualdad adquiere todo su sentido. Habría que poner el foco en la construcción de indicadores de desigualdad que puedancapturar mejor el descontento que surge de ella.