La economía vota en contra

Marcelo Zlotogwiazda

 

A mediados de 2009 el entonces senador Gerardo Morales se quejaba de que "Néstor Kirchner está haciendo campaña en la provincia de Buenos Aires con la plata de los jubilados", y decía que "la ANSES es el nuevo Fondo Monetario Internacional". El Gobierno estaba destinando recursos del recuperado sistema previsional para financiar créditos al consumo, a Pymes y para la compra de autos, como medida contracíclica frente a la crisis internacional desatada el año anterior. 

Néstor Kirchner perdió la elección a manos de Francisco De Narváez. 

Tres años después, el entonces consultor Jorge Todesca criticaba el uso de fondos de la ANSES para financiar el plan de viviendas Procrear argumentando que "ese dinero debe invertirse en proyectos que combinen la mejor rentabilidad, liquidez y seguridad, y este no es el caso". Agregaba: "No sé si reactiva o no la economía, pero ese no puede ser el criterio para decidir el destino de los fondos".

Al año siguiente el oficialismo volvió a perder la elección; esa vez frente a Sergio Massa. 

En 2014 Carlos Melconian se burlaba del préstamo que el gobierno había obtenido de China bajo la forma de un swap de monedas, diciendo que "es una absoluta fantasía porque el yuan es una moneda que no tiene inserción internacional". 

Un año después el kirchnerismo fue derrotado otra vez en la elección presidencial. 

Pero ya como gobierno, Cambiemos siguió aprovechando los recursos de la ANSES y los créditos de China de la misma manera que el actual gobernador de Jujuy y los dos economistas que Mauricio Macri designó al asumir para encabezar el INDEC y el Banco Nación, criticaban cuando eran oposición. No sólo mantuvo los principales programas como la Asignación Universal por Hijo, Conectar Igualdad, Progresar, Procrear y Argenta, sino que además financia desde la ANSES la llamada ley de Reparación Histórica, y acaba de anunciar que los beneficiarios de la AUH van a poder acceder a un crédito y la renovación del acuerdo financiero con China. 

Estos últimos dos fueron anunciados con mesura. Sin cadenas nacionales y sin la exagerada épica política que el kirchnerismo solía imprimirle a casi todas sus medidas. Pero dejan en claro que en campaña electoral la coherencia cede paso a la conveniencia. Más aún cuando varias de las últimas encuestas agujerearon el blindado triunfalismo que exhibían los estrategas del oficialismo. Por ahora, la economía les vota en contra. 

El objetivo de la renovación del otrora vilipendiado préstamo chino es apuntalar las reservas del Banco Central para mantener dormidos a los fantasmas que podrían aparecer en una economía que mantiene un crónico déficit de cuenta corriente y una constante fuga de divisas.

Con los créditos a los beneficiarios de la AUH buscan tonificar el consumo popular, que fue la variable macro más castigada en lo que va de la gestión macrista y la que menos está reflejando el crecimiento del que habla el presidente. Crecimiento que más que no llegar a todos, como él mismo aclara, sólo ha llegado a una minoría. 

En el mismo sentido apuntan la batería de créditos que está difundiendo el Banco Nación y la extraordinaria promoción que lanzó el Banco Provincia para que sus clientes compren en supermercados con descuento del 50 por ciento el segundo miércoles de cada mes. 

Al respecto, el informe de coyuntura PxQ que el ex viceministro Emmanuel Alvarez Agis difudió esta semana señala: "Esta medida y el reciente anuncio de un sistema de crédito para beneficiarios de planes sociales deja en evidencia que el gobierno está computando que el ´populismo electoral´ no estaría siendo suficiente. Tomando en cuenta la dinámica del consumo de 2017, la reacción oficial resulta tímida y, sobre todo, tardía". El informe reconoce como únicos dos brotes verdes a la obra pública y al crédito hipotecario. 

Sin duda alguna, la debilidad de la demanda agregada es una de las razones por las cuales no hubo lluvia de inversiones, ni locales ni extranjeras. Seguramente, la posibilidad de que el oficialismo pierda la elección y que esa derrota torne políticamente inviable a las reformas que el poder económico le reclama al gobierno, es otro factor que puede estar demorando decisiones empresarias. 

Pero además, la economía argentina padece de serios problemas de competitividad y rentabilidad, que van más allá del tipo de cambio. Un ejemplo es el caso de una empresa que evaluó invertir en una planta para elaborar un subproducto del limón, y encontró más conveniente concretar el proyecto en Pakistán que aquí. 

Otro ejemplo es el aumento de la importación de silos, que al igual que un derivado del limón, es un producto en el que la Argentina debería sacar ventajas. El informe que el Observatorio de Importaciones del gobierno de Santa Fe difundió esta semana muestra que en el primer semestre del año se importaron 162 silos, un 60 por ciento más que en igual lapso del año pasado y casi el triple que en la primera mitad de 2015. La ventaja del producto extranjero (brasileño en buena medida) viene dada por el diferencial de precios de la chapa, que aquí es mucho más cara debido a la concentración oligopólica de la oferta. Pese a que habla mucho de la competencia, es más bien poco lo que el gobierno ha hecho para promoverla. Y en algunos casos, como las telecomunicaciones, está haciendo lo contrario. 

El gobierno desmiente que haya una apertura indiscriminada a la importación, y los datos de la balanza comercial le dan la razón. Pero hay algunos rubros en donde está haciendo mucho daño. Un caso que afecta particularmente a Santa Fe es el de muebles de madera. En el primer semestre ingresaron al país 222.626 unidades, un 25 por ciento más que en igual período del año pasado y el doble que en la primera mitad de 2015. 

Los locales de Easy y Homecenter están repletos de esos muebles, que aunque voluminosos provienen en su mayoría de la lejana China.

 

Ámbito - 21 de julio de 2017

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