Los bancos todavía la están contando

El sistema bancario argentino ganó el año pasado 29.169 millones de pesos, un 50,2 por ciento por encima del resultado obtenido en 2012 (19.415 millones), según el último informe del sector, que difundió ayer el Banco Central. Este resultado record se obtuvo en un año en el que desde el Central se profundizaron las herramientas para redireccionar el crédito a la actividad productiva, política que motivó que desde los bancos privados se alzaran voces alertando sobre una supuesta pérdida de rentabilidad e inviabilidad del negocio. Más precisamente, la obligatoriedad de prestar como mínimo el 5 por ciento de la cartera para inversión productiva a una tasa de interés anual en torno del 15 por ciento fue la más resistida.

“La intermediación financiera continuó expandiéndose marcadamente. Así, a lo largo de 2013, el crédito a los sectores productivos y a los hogares acumuló un importante dinamismo, al tiempo que los depósitos a plazo en pesos del sector privado incrementaron su participación en el fondeo total del conjunto de bancos. El sistema financiero cerró el noveno año consecutivo con ganancias contables, presentando elevados indicadores de liquidez y solvencia”, dice el informe del Central.

La banca argentina sigue siendo la estrella del modelo económico al que sus interlocutores critican sistemáticamente. La performance de la rentabilidad del sector financiero a lo largo del último lustro supera el desempeño de cualquier otro sector de la economía argentina. Durante los últimos años, los bancos mostraron un incremento sostenido en sus resultados netos, pasando de 4746 millones de pesos en 2008 a 29.169 millones el año pasado, equivalente a 514 por ciento. Según el anexo que acompaña a partir de este año al habitual Informe sobre Bancos, las entidades privadas ganaron 17.417 millones de pesos, un 44 por ciento por encima de los 12.086 millones de 2012. Los bancos nacionales acumularon una ganancia de 7619 millones de pesos, 44,3 por ciento más que los 5279 millones de 2012, mientras que los extranjeros embolsaron 9797 millones, un 43,9 por ciento superior a los 6807 millones en 2012.

Entre los elementos que explican este comportamiento se destaca el crecimiento del margen bruto por intermediación, a partir del elevado spread de tasas que maneja el sector entre lo que presta y los depósitos que toma, y los resultados por tenencia de títulos públicos. La banca pública también registró un envidiable balance, con una ganancia de 11.047 millones de pesos, un 66 por ciento por encima de los 6653 millones que obtuvo en 2012.

El informe detalla también que las financiaciones en pesos al sector privado aumentaron 34,1 por ciento respecto del año pasado, con “una expansión difundida entre las distintas líneas de crédito”. El crecimiento mensual del crédito total (pesos y dólares) al sector privado estuvo impulsado principalmente por el segmento a empresas, que verificó un incremento 30,7 por ciento interanual. Por su parte, las financiaciones a las familias crecieron 30,9 por ciento en el período. La autoridad monetaria que conduce Juan Carlos Fábrega remarca que a través de la resistida Línea de Crédito para la Inversión Productiva se desembolsaron unos 35.100 millones de pesos el año pasado, y la cifra asciende a 53.700 millones desde su implementación. El nuevo monto a asignar para el primer semestre de este año será de 23 mil millones de pesos, y el cupo deberá ser acordado exclusivamente a micro, pequeñas y medianas empresas.

Entre los principales indicadores de solvencia del sistema, el informe destaca que la irregularidad del crédito al sector privado finalizó en 1,7 por ciento del total de financiaciones, “nivel que está en línea con el de fines de 2012”. El sistema financiero continuó exhibiendo holgados niveles de previsionamiento, con una cobertura de la cartera irregular que alcanzó 140,2 por ciento a diciembre.

Economía, sentido común y disputa cultural

Un fantasma recorre la Argentina, el fantasma de la repetición. Su potencia no sólo se sustenta en la continuidad de las estructuras económicas en las que se sostiene el poder de los grupos concentrados sino, también y con sintomática intensidad, en la sutil y brutal estrategia discursiva y mediática que le ha permitido fundar, desde los años de la dictadura genocida, el núcleo último del sentido común. La derecha siempre ha sabido de la importancia del relato y de la construcción de subjetividad. Su poder se sostiene, más que en la dureza de la dominación económica, en la hegemonía cultural que nunca ha perdido, más allá de los enormes esfuerzos hechos desde 2003 para disputársela en nombre de las mayorías populares. Ese es el núcleo del conflicto. Ahí radica la debilidad del Gobierno.

Indec: oscuridades en la nueva etapa

“La inocultable falta de confiabilidad del índice de precios al consumidor (IPC) calculado por el INDEC ha privado a la sociedad de una herramienta fundamental para conocer la verdadera situación económica del país(..) En estas circunstancias, los principales perjudicados son, una vez más, los trabajadores que carecen de elementos para conocer con precisión las variaciones del poder adquisitivo de sus salarios”. (CENDA, marzo 2011).

Un índice pluricultural

El nuevo índice de precios al consumidor del Indec (IPC nacional urbano) es el resultado de cuatro años de trabajo del Estado, donde participaron provincias, organismos internacionales y centros estadísticos de otros países. “Por primera vez en la historia argentina se elaboró un índice de precios a nivel nacional. Esto implica reflejar una canasta de consumo representativa de lo que compran los hogares, pero no sólo en el área metropolitana (como ocurría hasta el momento) sino para todo el país”, explicó el ministro de Economía, Axel Kicillof. El esfuerzo que requirió este proyecto no tiene precedentes. La construcción del IPCNu comenzó con el Censo Nacional de 2010, que permitió conocer la distribución poblacional de las zonas urbanas. Con los números del Censo 2001, la medición de precios se habría concentrado en pocos distritos representativos, cuando ahora asciende a 146 localidades en todo el país, lo que permite estimar el impacto del proceso inflacionario sobre 36 millones de argentinos.

Índice de confianza

El esperado debut del nuevo índice de precios podrá posibilitarle al Gobierno restituir la confianza en las cifras oficiales de inflación, pobreza e indigencia. Por qué no eran confiables los indicadores, tanto previos como con posterioridad a la intervención.

El 3,7% se convirtió en la cifra de la semana. Con un dólar oficial y paralelo estable, y con tendencia a la baja, el guarismo del nuevo Índice de Precios al Consumidor Nacional Urbano (Ipcnu) para el mes de enero adquirió el mayor protagonismo, y parece haber superado el examen de ingreso tanto para oficialistas como opositores. La cifra, presentada el pasado jueves por el ministro de Economía, Axel Kicillof , junto a los directores del Indec, Ana María Edwin y Norberto Itzcovich, quedó lejos del maquillaje efectuado durante los últimos siete años, pero aun siendo alta en términos absolutos, fue menor a la que expusieron consultoras privadas y un sector de la oposición, los cuales la ubicaron por encima del 4%.

Curva cerrada

Ni los logros de la década ni las tribulaciones de hoy dan cuenta de la situación y sus perspectivas. Es tan vano negar el ajuste como desconocer su carácter heterodoxo, con toda clase de defensas para los más débiles. El núcleo duro que pese al malhumor social mantiene su pacto de lealtad con CFK será la base de una identidad kirchnerista que dispute el futuro, o se reabsorberá en el justicialismo sin pena ni gloria. Las limitaciones estructurales que no pueden superarse en el corto plazo.

La estrechez de las opciones económicas del gobierno nacional y la avidez de las oposiciones económica, política y mediática por sacar ventaja del momento más difícil del kirchnerismo sirven paradójicamente para medir la solidez de la construcción social realizada desde 2003.

Declaración del Plenario Nacional de la CTA

El lunes 16 de diciembre, se realizó un Plenario Nacional de la CTA en la sede de la calle Piedras. Participaron los miembros de la Mesa Nacional y los Secretarios Generales de las distintas provincias, quienes luego de debatir la coyuntura nacional tras el conflicto policial, acordaron emitir la siguiente declaración:

Cuando los argentinos nos encaminábamos a festejar los treinta años de democracia ocurrió lo de Córdoba. Esa verdadera sedición policial montada sobre reclamos legítimos pero con métodos inadmisibles como los robos y el vandalismo que comenzaron en un barrio de agentes policiales y luego se extendieron en las zonas liberadas para el delito por la ausencia de la fuerza pública. El papel del gobernador De la Sota resultó tan lamentable como estimulador para el accionar concatenado de otras policías provinciales. Cedió ante la extorsión de los uniformados y, tras hacerlo, culpó al gobierno nacional.