Organizar, concientizar, luchar

Quisiéramos compartir un par de reflexiones a propósito de la nota de João Pedro Stedile sobre la última sesión del Foro Social Mundial de Porto Alegre (“Necesitamos unidad y manifestaciones sociales internacionales”, en Rebelión, 31/1/2012). Aguda, como todas sus intervenciones, pero con dos pasajes que requieren algunos comentarios. Con el enorme respeto que João Pedro merece por ser uno de los más genuinos e importantes líderes populares surgidos en América latina en las últimas décadas, queremos insistir en la idea de que el FSM tiene que ser algo mucho más útil y eficaz para cambiar el mundo que “un espacio de exposición de ideas, de debates y diálogos entre diferentes entidades y visiones de mundo”. Celebrar ese logro está bien, pero no basta. Una década de debates y diálogos ha sido más que suficiente y no ha servido para contrarrestar la feroz ofensiva del imperialismo y el gran capital.

Segundo: es sólo una verdad a medias aquello de que “los Estados nacionales y sus gobiernos están a merced de los intereses del gran capital, y de cierta forma con las manos atadas para tomar medidas efectivas que pudieran resolver la crisis, sin afectar a los trabajadores”. Salvo las conocidas excepciones de los países del ALBA, la mayoría de los gobiernos de América latina se han puesto voluntariamente al servicio del capital y de los mercados sin que éstos tengan necesidad alguna de “atarle las manos”. En algunos casos se postraron complacidos ante la burguesía imperial y sus aliados autóctonos, como diría el Che; en los casos más díscolos podría decirse que aceptaron a regañadientes –pero sin luchar– el chantaje de los mercados y los grandes oligopolios. Pero en uno y otro caso estos gobernantes creen que la crisis actual es un fenómeno pasajero y un desorden circunstancial de los mercados; peor aún, creen que hay una solución capitalista (cualquiera sea su signo: ajustes de distinto tipo o variantes keynesianas) para la crisis capitalista y que para ello bastaría con introducir racionalidad, sensatez y “sensibilidad social” en el sistema. En síntesis, creen que existe o se puede construir algo así como un “capitalismo con rostro humano”, algo nunca visto y que nadie nunca verá. No entra en su horizonte político la construcción de una alternativa post-capitalista, o un socialismo del siglo XXI.

Coincidimos en cambio con João Pedro cuando dice que espera que “todas las fuerzas involucradas en Brasil, en América latina y en todo el mundo, logren llevar a la práctica estos acuerdos programáticos”. Precisamente de eso se trata: no sólo de diagnosticar y de interpretar el mundo sino de cambiarlo, como lo recordaba con tanto énfasis Karl Marx en su “Onceava Tesis sobre Feuerbach”. Y para cambiarlo hace falta organizarse, concientizarse y luchar. Si el FSM tiene alguna función que cumplir es precisamente ésta: facilitar la organización popular, la concientización de las masas y el diseño de adecuadas estrategias y tácticas de lucha anticapitalista que deben ser coordinadas a escala internacional porque la ofensiva desatada por el capital es de carácter global y, en consecuencia, mal podría ser neutralizada con dispersas batallas locales. Es decir, el FSM debe dejar de ser un foro y convertirse en un actor político global, como Davos, que no es un foro sino una internacional política de la burguesía imperial que hace con las clases dominantes lo que durante una década el FSM declinó hacer con los explotados y con las víctimas del sistema. Ojalá que ahora, en el fragor de la crisis capitalista, haya cambiado.

Las cooperativas son cruciales en la lucha contra el hambre

Las cooperativas y las organizaciones de productores tendrán cada vez mayor importancia dentro del esfuerzo para eliminar el hambre y reducir la pobreza en el mundo, según afirmó el Director General de la FAO, José Graziano da Silva, ante los participantes del Foro Social Temático reunidos en Porto Alegre, Brasil, en el curso de un encuentro oficial con el Consejo de Desarrollo Económico y Social de Brasil (CDES).

Graziano da Silva participó en esta reunión anual de organizaciones no gubernamentales y movimientos sociales, apenas un mes después de haberse puesto al frente del organismo de la ONU encargado de velar por la seguridad alimentaria.

El responsable de la FAO recordó que las Naciones Unidas han declarado 2012 como Año Internacional de las Cooperativas, reflejando el renovado interés en ellas y la necesidad de una mayor concienciación sobre sus múltiples valores.

Graziano da Silva señaló que la FAO ampliará su colaboración con las organizaciones de productores y las cooperativas rurales, alimentarias y agrícolas que dan peso organizativo, económico y social a los pequeños campesinos, además de a los grupos dedicados al pastoreo y a los que dependen de la pesca y los bosques para sus medios de subsistencia.

Hace falta una reforma tributaria

Es recién cuando baja la marea que uno puede darse cuenta si hay quienes se están bañando desnudos. En el plano de la política, suele ser casi siempre demasiado tarde. Es lo que está ocurriendo en la mayoría de los países desarrollados, donde la globalización, una desregulación implacable de los mercados y el ascenso del capital financiero fueron dejando sin ropas a las instituciones encargadas de velar por la justicia social. Por eso se desencadena ahora la indignación de la ciudadanía, cuando estalla la crisis y las aguas se retiran. No sólo se vuelven evidentes brechas de desigualdad de un tamaño que pocos imaginaron posible sino que los dueños del poder pretenden que sean las víctimas y no los victimarios quienes paguen los costos del saqueo.

Reflexiones sobre la inflación

En años recientes el debate sobre la inflación giró fundamentalmente en torno de cuánto asciende el aumento en el nivel general de precios: si al 10 por ciento anual, como implican las cifras oficiales, o entre el 20 y 30 por ciento, como indican otras fuentes. No es difícil percibir que en meses/años recientes nos enfrentamos con un brote inflacionario importante y que éste supera la suba del tipo de cambio. De allí el aumento de la demanda de dólares y la fuga de capitales en meses recientes debido a las expectativas de devaluación que se estimaba se produciría después de las elecciones. Más allá de estas consecuencias del proceso inflacionario quedan en el tintero muchas otras: su impacto sobre la distribución de los ingresos, el crecimiento y la inversión, el superávit de la balanza comercial y de pagos.

Es importante que nos preguntemos acerca de las causas del proceso inflacionario, y no sólo respecto de los factores que le dan origen en la actual coyuntura, sino también respecto de aquellas que inducen su ulterior propagación.

A tres años de la caída de Lehman Brothers

Transcurridos más de tres años desde la caída de Lehman Brothers y del comienzo de la mayor contracción del PIB mundial desde la Segunda Guerra, la crisis financiera lejos está de haber sido superada. En algunas economías avanzadas es muy probable que se registre una tasa de crecimiento negativa o cercana a cero durante 2011. La recuperación prácticamente se detuvo durante el segundo trimestre de 2011, mientras que las revisiones a la baja señalan que el desempeño de la economía mundial es más endeble de lo previsto. La incertidumbre sobre la evolución de la demanda agregada pone de manifiesto que la recuperación será lenta y complicada.

A la inversa de las últimas décadas, los países emergentes se encuentran, en este caso, en una situación más favorable respecto de los desarrollados. Si bien en un principio se registró un descenso generalizado del nivel de actividad, en estos países la recuperación fue mucho más acelerada y sostenida en el tiempo. No obstante que la mayoría de las economías en desarrollo continúa creciendo a tasas vigorosas, plantea serios riesgos de desaceleración de la demanda agregada el hecho de que el nivel de actividad se haya debilitado más de lo previsto, tanto en los Estados Unidos como en la Unión Europea, en consonancia con la incertidumbre resultante de la creciente inestabilidad financiera.

Europa: Todos tienen la intención de alzar un cortafuegos

En la Cumbre de la Unión Europea de diciembre la canciller Angela Merkel aún podía presentarse como la vencedora de la batalla por el rescate del euro: todos habían acabado aceptando la interpretación alemana a la crisis y la solución alemana a la crisis. La unión fiscal, la regla de oro y la tabla de castigos para quienes no la cumplan eran incuestionables e imparable su aplicación. Pero la ironía de la historia ha hecho uso de la peor y más detestada especie, las agencias de calificación crediticia estadounidenses, para frustrar el hermoso plan de campaña.

Con un razonamiento sorprendentemente apropiado, los analistas de Standard & Poor's han dado a entender que la solvencia crediticia de nueve países de la zona euro, así como del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), han sido rebajados porque no se espera de los dogmas de austeridad actualmente en uso ningún efecto positivo en los estados más endeudados.

“El pueblo debe mandar”

El británico David Cameron y la alemana Angela Merkel fueron al devaluado Foro Económico de Davos a tranquilizar a los ejecutivos de las grandes corporaciones. Europa será inflexible en la austeridad. Es decir, sus gobiernos no crearán empleos públicos pero congelarán los salarios de quienes trabajan en lo que, otrora, fueron Estados de bienestar. Además, aunque no lo explicitaron, los empresarios quedaron tranquilos con que no elevarán los impuestos a sus extraordinarias rentas. Sin embargo, cuando le tocó el turno al presidente de la gran multinacional Unilever, Paul Polman, advirtió que “se acabó la era de los alimentos baratos”. Esto es, al ajuste se le agregará la inflación en bienes básicos. A la cita suiza concurrieron algunos mandatarios latinoamericanos de derecha, el mexicano Felipe Calderón y el chileno Sebastián Piñera. Ninguno de los dos pudo exhibir logros de su fidelidad al neoliberalismo y el librecambismo, sino más bien lo contrario. Pasó inadvertida la presencia del peruano Ollanta Humala cuyo discurso cambia como la rosa de los vientos.

Lo que sí cayó como un balde de agua fría para los organizadores fue la ausencia de la brasileña Dilma Rousseff. Sobre todo porque decidió asistir al Foro de Porto Alegre, el único espacio anti-Davos que durante los primeros años de este milenio tuvo peso significativo, tanto por la participación de organizaciones sociales globalifóbicas como por la capacidad de plantear los debates estratégicos que muchos gobiernos populares desdeñan.

Davos 2012: más lamentos que propósitos de reforma

El fantasma de Karl Polanyi sobrevoló Davos. El tema con que se convocó la reunión de este año del Foro Económico Mundial fue “La Gran Transformación”, el título del libro de Polanyi que criticaba lo que consideraba el carácter utópico del capitalismo libremercadista del siglo XIX. Una libertad total de los mercados conduciría a un colapso político y social, sostenía.

A cuatro años de una brutal recesión que ha dejado desempleados a 200 millones de personas en el mundo, y con movimientos de protesta ocupando los espacios públicos en capitales occidentales, alguna introspección y balance tenía que llegar a Davos.

El programa de la reunión empezó el miércoles con un debate sobre si el capitalismo del siglo XX es apto para la sociedad del siglo XXI.

Presionan a la UE el foro de Davos y el FMI

DAVOS, Suiza.- Los líderes políticos mundiales reunidos en el Foro Económico Mundial, incluido el FMI, presionaron ayer una vez más a Europa para que tome medidas urgentes contra la crisis de la deuda y evite el contagio al resto del mundo, al tiempo que prevén un sombrío futuro para la eurozona.

"Nadie es inmune a la situación actual europea", porque el mundo "nunca estuvo tan interconectado", advirtió desde Davos la directora del FMI, Christine Lagarde. "Todo el mundo tiene interés en que esta crisis se resuelva, ya que puede producir un efecto dominó en todo el mundo", agregó.

Lagarde urgió a los mandatarios europeos, que mañana se reúnen en una nueva cumbre en Bruselas, a que erijan rápidamente un "claro y simple" cortafuegos para evitar el contagio y generar confianza, porque sino la situación no hará más que empeorar. Además, la directora del FMI pidió más esfuerzos para impulsar el crecimiento, la competitividad y la consolidación presupuestaria.

Paradojas de un impuesto

Esta guerra entre liberales en el corazón mismo del liberalismo no hace sino acentuar el contrastado viaje de la tasa Tobin. Desde su nacimiento hasta hoy, la idea ha atravesado fronteras muy dispares y generado consensos fuera de lo común. La inventó un liberal, la defendió la izquierda y ahora es un tema prioritario de la derecha. El primer paso fundador ya es una paradoja. En 1972, en el curso de una conferencia en la Universidad de Princeton, el economista liberal James Tobin puso sobre la mesa la idea de un gravamen sobre las transacciones financieras. Tobin buscaba “arrojar granos de arena en el engranaje de la finanza internacional” y frenar así el incremento de la especulación a corto plazo. El porcentaje de la tasa adelantada por Tobin oscilaba entre el 0,05% y el 0,2%. El economista norteamericano recibió el Nobel de Economía en 1981, pero su idea nunca fue verdaderamente llevada a la práctica. El único país que la aplicó fue Suecia.