Macri, Temer y Peña Nieto, huérfanos de Clinton
Macri, Temer, Peña Nieto hacen que Argentina, Brasil y México paguen el alto precio de las opciones equivocadas que ellos han hecho, de subordinar las economías de sus países a la de los EE.UU., de obedecer a lo que Washington planteaba hasta aquí –el camino del libre comercio y de la apertura de los mercados nacionales a la globalización–.
La economía política de Trump
Durante la campaña electoral el candidato republicano mostró su capacidad para mantenerse en el terreno de la ambigüedad, sobre todo en el plano de la política macroeconómica. Pero el 20 de enero Donald Trump tomará posesión y el análisis de las medidas que adoptará en materia fiscal, monetaria y comercial es necesario.
El otro fin de ciclo y Carta de Philip
Con Trump en la Casa Blanca la globalización neoliberal y el libre comercio pierden un aliado crucial. El magnate se manifestó en contra del TTP, habló de poner fin al NAFTA, y se declaró a favor de una política proteccionista, a la vez que propone un acuerdo con Rusia para estabilizar la situación en Siria.
La ofensiva del gran capital y las amenazas para Latinoamérica
La discusión en marcha en el mundo hoy se concentra en comprender la profundidad de la crisis financiera iniciada en 2007 y su relación con el conjunto de graves limitaciones del actual sistema mundial para garantizar la sobrevivencia de la humanidad. Estaríamos en una crisis final del capitalismo que hasta 2016 no ha alcanzado una recuperación suficiente, por lo menos en sus centros más importantes. En este contexto general, las economías hoy llamadas "emergentes" se desprenden de una posición subordinada del sistema mundial y conducen al surgimiento de muchos grupos de investigación que trabajan sobre la crisis mundial.
Los mega acuerdos y sus amenazas para América Latina
En las décadas recientes, se ha acentuado la tendencia a negociar acuerdos entre grupos de países y, de esas negociaciones, las más significativas, por la magnitud económica y peso político de los participantes, son las referidas al Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión (TTIP por sus siglas en inglés, negociado entre EE.UU. y la Unión Europea) el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, con participación de 12 países, tres de ellos de América Latina1 ), y el Acuerdo sobre el comercio de servicios (TISA, con participación de 50 países, siete de ellos de Amé- rica Latina2 ), que se conocen como “mega acuerdos”, en todos los cuales la negociación ha sido secreta.
EEUU-UE: ¿Adios al TTIP?
Las objeciones que hoy señala el gobierno francés frente al TTIP tienen que ver con la falta de transparencia en las negociaciones, así como con los temas de solución de controversias (en paneles de arbitraje privado), medio ambiente y salud pública. Es posible que el gobierno francés esté endureciendo el tono frente al TTIP por la presión que enfrenta de cara a las elecciones presidenciales de 2017. De cualquier modo, rechazar el TTIP es un paso en la dirección correcta.
Lo que EUA tiene para proponer a América Latina
Después de poner la buena cara que lograba poner durante el período de su amplio aislamiento en América del Sur, EEUU vuelve a tener interlocutores privilegiados de su política, especialmente en Argentina y en Brasil (no importa, en este caso, a través de un golpe). ¿Y qué es lo que EEUU tiene para proponer al continente?
G20
Gran Bretaña que había sido furiosamente proteccionista en el siglo XVIII, tras la revolución industrial en que el telar mecánico reemplaza al manual y se inventa la máquina a vapor, pasa a ser la gran industria del mundo y necesitaba alimentos y materias primas baratas, de allí que fundamenta la necesidad de la división internacional del trabajo para que ellos que tenían capital intensivo sean la industria y nosotros, por ejemplo, dotados de extensas llanuras fértiles, seamos los proveedores de carnes y granos. El instrumento fue (y es) la libertad de comercio (en el lenguaje de la época el “libre cambio”).
De las operaciones mediático/judiciales al TPP
Un sismo político sacude a la civilización occidental y expresa el malestar social en un presente dominado por el control del capital monopólico sobre todos los ámbitos de la vida social. Oleadas de convulsiones políticas desnudan la crisis de legitimidad institucional. Desde la elección presidencial en los Estados Unidos hasta la salida de Inglaterra de la Comunidad Europea, un populismo de distintos signos ideológicos agrieta a las instituciones republicanas en el primer mundo reclamando autonomía nacional, representación política y bienestar económico.