Trampa y trampolín

Javier Milei logró que la conversación pública girara alrededor de su propuesta de dolarizar la economía argentina: cuando se discutía sobre inflación, se especulaba con el valor del dólar en su presunto gobierno. Sin embargo, mientras más se acercaba la posibilidad de su propuesta, más se alejó a una parte de la sociedad. El temor no fue un rayo que cayó desde el cielo, sino una experiencia arraigada en una sociedad donde el mercado cambiario aloja las peores pesadillas colectivas. Y a pocos días de las elecciones el candidato más votado apretaba un botón para desatarlas. El dólar mileísta mostró su otra cara: de moneda castigo a la casta a moneda cruel con la sociedad.

El «libertarianismo / anarco-capitalismo» gana terreno

La influencia de las ideas de Javier Milei (y su agresivo estilo), el candidato a la presidencia de Argentina 2023, parece que se extiende por América Latina. Abundan los videos y relaciones escritas que dan cuenta de esas ideas. Políticamente arremete contra los “zurdos de mierda” (https://shorturl.at/sGIW0) y cualquier socialismo es despreciable, además un fracaso (Cuba, Venezuela, Corea del Norte son “basura”).

Escenas de conflicto y represión

El 6 de marzo de 1984, Ian Mc Gregor, presidente del National Coal Board (NCB), el organismo estatal británico que controla la industria del carbón, anunció el cierre de 20 de los 174 pozos carboníferos y la consecuente supresión de 20.000 puestos de trabajo, con el argumento de que los costos de producción superaban el precio de venta. También anticipó la flexibilización de las condiciones laborales y la relocalización de miles de trabajadores. Los mineros de Cortonwood, un yacimiento situado en la localidad de Brampton, en el condado de Yorkshire, al norte de Inglaterra, se declararon en huelga, seguidos rápidamente por trabajadores de otras regiones –Durham, Northumberland, Kent, Escocia y Gales del Sur– hasta alcanzar a 143.000 de los 196.000 mineros nucleados en el sindicato nacional.

11 tesis sobre Milei

La Argentina post 2001 también parió una corriente “anti-populista” que en los últimos años avanzó hacia posiciones cada vez más beligerantes contra el Estado, las políticas redistributivas y las organizaciones sociales. Al fin de este proceso emergió un candidato cuya masificación creció en espirales ampliadas hasta alcanzar el triunfo en las PASO. No es únicamente rabia ni antipolítica. El mileísmo género “un pueblo”: conquistó votantes en los sectores populares porque el discurso anti casta y promercado que antagonizó exitosamente contra los dos grandes partidos se hizo carne no sólo entre las juventudes, los chetos y los varones, sino en una multiplicidad de sujetos.

¿Qué se escucha?

Algo estaba escrito hace meses: que iba a haber escenario de tercios. Pero nadie imaginaba que en esos tercios Milei podía ser el de más votos. Por eso huele tan a triunfo su ventaja pírrica. Parecía un tercero en discordia, un extremista que los de Juntos por el Cambio le podían pisar el discurso y los kirchneristas le podían copiar las formas. Todos lo veían útil para sacarle cosas y él les sacó cosas a todos. “Vino a zamarrear el árbol”, dijo Moreno, condescendiente como con un hijo adolescente, y aclarando que sus ideas económicas se explican porque el muchacho está en la edad del pavo. ¿Y ahora? La elección dejó el triunfalismo violeta y el dólar PASO. Ni Massa ni Bullrich están “fuera de carrera”, pero no están iluminados por el fuego.