10 puntos económicos para una Argentina justa, libre y soberana

En una coyuntura donde los sectores conservadores buscan instalar la idea de fin de ciclo para dar marcha atrás con los logros económicos y sociales de la última década, los "10 puntos económicos para una Argentina justa, libre y soberana" del CESO son una contribución para el debate y la reflexión de quienes queremos seguir construyendo una patria con independencia económica, soberanía política y justicia social.

El apoyo menos esperado llegó de Londres

“Apoyamos a países como Argentina que han tratado de reestructurar sus deudas, pero que después se encontraron con fondos buitre que los llevaron ante cortes en otros países y consiguieron sentencias que vuelven prácticamente imposible para ellos pagar, y los empujan a un nuevo default técnico.” El rechazo al accionar carroñero y el respaldo a la posición argentina fueron realizados la semana pasada por el primer ministro británico, David Cameron, al regresar de la cumbre de presidentes del Grupo de los 20 en Brisbane, Australia. Las declaraciones del mandatario inglés fueron difundidas a través del sitio web TheyWorkForYou.com, que reproduce los debates parlamentarios de ese país. El apoyo del conservador Cameron a la posición argentina se suma al amplio consenso exhibido en distintos foros internacionales como el G-77 más China y Unasur, las Naciones Unidas, la Asociación Internacional de Mercados de Capitales y el Fondo Monetario Internacional sobre la necesidad de limitar el accionar buitre.

Contra la corriente

Mientras en la Argentina la dirigencia sindical y buena parte de la oposición reclaman que el gobierno suavice la carga del impuesto a las Ganancias sobre los trabajadores con sueldos más altos, en el mundo se multiplican las voces a favor de un fuerte aumento en el impuesto a los ingresos más elevados, como una de las maneras para combatir la creciente desigualdad.

Un límite a las calificadoras

El Banco Central tomó ayer una medida que reduce significativamente la influencia de las calificadoras de riesgo en la operatoria diaria del sistema financiero. Dejó sin efecto una resolución que obligaba a los bancos a contratar a esas agencias para evaluar su desempeño. Sin esa calificación estaban inhibidos para realizar operaciones habituales de financiamiento, como los pases entre bancos y transacciones similares. El directorio de la autoridad monetaria derogó esa disposición, sancionada a finales de los ’90 en base a los parámetros internacionales establecidos en Basilea II.

Maniobras en comercio exterior y presiones sobre el dólar

Las maniobras de sobrefacturación y subfacturación de operaciones de comercio exterior se encuentran en todos los manuales de economía, pero están comenzando a tener nombres propios, a partir de las investigaciones del gobierno y su explicitación en el informe del jefe de Gabinete brindado este miércoles en Diputados. Por ejemplo, la AFIP suspendió a inicios de la semana el CUIT y la inscripción en el registro de importador y exportador de la empresa Procter & Gamble, por haber detectado "sobrefacturación de importaciones por 138 millones de dólares" y otras maniobras.

La economía social y las cooperativas en la Argentina

Las empresas cooperativas se encuentran insertas como las “otras empresas” en los mercados de bienes, servicios y trabajo, aunque su especificidad radica en su forma de propiedad, la estructura asociativa y de control y el modo de distribución de los excedentes, aspectos que en conjunto identifican su naturaleza y el modo de gobernanza. La diferencia en cuanto a la forma de propiedad y su finalidad asociativa significa que su propósito principal consiste en satisfacer en común las necesidades de sus miembros, en lugar de maximizar los beneficios de los accionistas.

Podemos debatir seriamente

Raúl Alfonsín pedía “no confrontar con las personas, confrontar con las ideas”. Claro que se puede confrontar con las ideas cuando las hay; éste no fue el caso. El encuentro que reunió a políticos, empresarios y periodistas en Mar del Plata no fue un coloquio y lucieron pocas ideas.

Los cuestionamientos y distintos puntos de vista son siempre válidos y aceptables. Especialmente, quienes ejercemos funciones de gobierno debemos estar abiertos a las críticas, al señalamiento de errores y omisiones. De hecho, antes que nadie, es nuestra Presidenta quien suele repetir que “mientras haya un solo pobre, no habremos de pagar las deudas que tenemos con el pueblo argentino”. Pero lo que no es aceptable es el pensamiento cómodo, la repetición de frases vacías destinadas al aplauso fácil, la ausencia de todo reconocimiento, la exaltación de la intolerancia en aquellos que reclaman diálogo.

Quiero ser directo: es inadmisible aplaudir de pie a un señor que comparó a este gobierno con el nazismo. El periodista Luis Bruschtein sostenía en un artículo que “el nombre de Hitler tiene una densidad que convierte en monigote a quien lo banaliza”. Insisto, ¿no era un coloquio? ¿No se trataba de plantear y discutir ideas?

Sabemos que el pensamiento de la derecha es, en general, ahistórico; no hay procesos y luchas, no se contraponen intereses, dibuja escenarios en los que el mundo parece siempre haber comenzado ayer. Es un pensamiento también incapaz de ver al sistema educativo en clave de proceso, como debe mirarlo quien quiera hacer un análisis profundo. Así, con esa visión sesgada, algunos empresarios, dice la crónica, disimularon su vergüenza y tristeza por el sistema educativo argentino actual. ¿Se habrán enterado de que nos llevó más de 90 años cumplir lo que prescribía la ley 1420 en 1884? ¿Habrán sentido vergüenza y tristeza durante la última dictadura, cuando desa-parecieron centenares de docentes?

Algunos de esos expositores “preocupados” por la educación tuvieron, en el pasado reciente, responsabilidades de gestión educativa en nuestro país. ¿Cuando tomaron la decisión de reducir el 13 por ciento los recursos destinados a educación se entristecieron? ¿Cuando “les tiraron por la cabeza” a las provincias las escuelas sin recursos sintieron vergüenza?

Exhibimos con orgullo la reconstrucción del sistema educativo argentino, las leyes, la mayor cantidad de días de clase, el aumento de los salarios, el incremento de la inversión. Al expositor que aseguró que necesitamos el 7 por ciento del PBI destinado a educación, queremos preguntarle: ¿desde dónde llega usted más rápido a ese 7 por ciento? ¿Desde el 3 por ciento que se asignaba en 2003 o desde el 6 que invertimos en la actualidad?

Reconstruimos la educación técnica, se incorporaron 306 mil chicos más en el nivel inicial, vamos a pasar de 10 a 14 años de escolaridad obligatoria, distribuimos 80 millones de libros y 4,5 millones de netbooks para todos los alumnos del secundario, para los estudiantes de profesorados docentes y para los niños y jóvenes que asisten a escuelas de educación especial. Inauguramos nueve universidades nacionales nuevas, no hay provincia que no tenga por lo menos una, desde el censo 2001 a la actualidad hay 500 mil estudiantes universitarios más y somos conscientes de que debemos trabajar para que sigan aumentando los egresos. ¿Quieren que discutamos también el nivel de egreso de las universidades privadas argentinas? Sentimos orgullo por Encuentro, por Pakapaka, por el Programa Nuestra escuela que está formando al millón de docentes de la Argentina en los próximos tres años.

Por supuesto que aceptamos las críticas, y siempre preferiremos un empresariado al cual la educación le importe. De hecho, con muchos realizamos acciones desde hace muchos años. Sostenemos que el primer deber y acto de colaboración –para reforzar la coherencia ética– es pagar los impuestos, así las políticas públicas nacionales, provinciales y municipales tienen más recursos para hacerse efectivas.

La reiteración de la zoncera autodenigratoria –como la definió Jauretche– ya resulta insoportable: por favor, basta de afirmar que debemos seguir el camino de tal o cual país. De todos aprendemos, todos tienen experiencias educativas a las que miramos con atención; de igual modo, ellos observan con respeto y aprenden de las decisiones educativas que tomamos en nuestro país. ¿Qué sugieren que imitemos? ¿Las innumerables marchas de miles de hermanos contra del modelo educativo imperante en su país? ¿El menor porcentaje de jóvenes estudiantes incluidos? ¿No resulta torpe la estrategia de comparar lo mejor de algunos con lo peor de otros?

Estamos dispuestos a sostener discusiones generosas. Debemos seguir mejorando los aprendizajes y el egreso en la secundaria, pero sabemos que esas metas hoy importan porque la agenda educativa es distinta, en el contexto de un sistema educativo mejor y en expansión.

Comprendan esto: en el pasado no había más alumnos en la secundaria y no había mayor porcentaje de egresados. ¿Dónde sitúan el apogeo de esta decadencia de la cual tanto hablan? ¿Saben cuántas escuelas secundarias había en la Argentina en 1960, en 1980? ¿Saben cuántos accedían a la educación en el norte grande? Por favor, eviten la expresión “potencia educativa”, porque evoca épocas de dolor.

Alguno sugirió que sería bueno que el ministro les tuviera miedo a los empresarios. Una torpeza más. Las democracias no se construyen con miedo; se construyen con diálogo. No tememos a los sindicatos, trabajamos con ellos, discutimos, pero siempre pensando juntos una mejor sociedad y una mejor educación. No queremos ni debemos tener miedo a los empresarios. Todavía creemos que podemos unir fuerzas, queremos que nos expresen sus preocupaciones, sus puntos de vista, pero a través de pensamientos complejos, que nos ayuden a crecer a todos, en disenso, pero en libertad.

Somos el gobierno nacional y estamos dispuestos a dar todas las discusiones que sean necesarias. Exigimos poco: honestidad intelectual y respeto.

Confrontación de modelos pensando en 2016

Mar del Plata fue el escenario de la disputa empresarial y política, con dos eventos contrapuestos: el habitual Coloquio de IDEA, que reúne a las empresas más grandes del país, representantes del establishment, y la Convocatoria Económica y Social por la Argentina, con gran cantidad de políticos y actores sociales, incluida una nutrida concurrencia de empresarios pyme. Fue la expresión de los dos diferentes modelos de país: el que añora volver a las prebendas empresariales de los noventa, a la desregulación y privatización, y el que desea continuar el proyecto político, económico y social iniciado en 2003.