El plan de Macri: la recesión programada

Han pasado algo más de 100 días del gobierno de la derecha en la Argentina y hay mucha gente que aún se ilusiona con sus promesas. Ello a pesar de los evidentes signos que demuestran que el rumbo real va en el sentido contrario a sus palabras, comenzando por el incremento violento de la inflación que se disparó desde el anuncio de la devaluación, el recorte de programas sociales y el despido de miles de empleados públicos que los atendían, una creciente desocupación en las actividades privadas, los entreguistas acuerdos con los fondos buitre con su usuraria carga de capital, intereses y endeudamientos potenciales.

La fuga

La compra de moneda extranjera para atesoramiento, lo que antes se llamaba el dólar ahorro, se multiplicó por 2,5 en el primer bimestre del año. La fuga de divisas por esta vía escaló a 3500 millones de dólares entre enero y febrero, contra el record anterior de 723 millones de noviembre, cuando las expectativas de devaluación se habían disparado por la posibilidad de un triunfo de Cambiemos, que se concretaría luego a fines de ese mes.

Plan B

El principal argumento del Gobierno para justificar el acuerdo con los fondos buitre es la necesidad de volver a los mercados de deuda para financiar un plan de obras públicas. El Presidente y sus ministros sostienen que sin ese canal de crédito no será posible encarar proyectos de infraestructura indispensables para el país y, junto con ello, no se podrá recuperar el crecimiento económico. No hay plan B, descartó el jefe de Gabinete, Marcos Peña.

Halcones y palomas

El dato económico de la última semana fue la nueva preocupación del Poder Ejecutivo por la inflación. El hecho importa especialmente por su impacto en el sostenimiento del eje del modelo: paritarias que consoliden el recorte de salarios producto de un año de inflación, con subas desatadas desde noviembre y que, según números del propio oficialismo, tocaron en enero un impresionante 4,1 por ciento. A ello se sumarán los aumentos de tarifas, un shock que comenzará a sentirse en marzo y cambiará los ánimos populares de la gran ciudad amarilla, la que vía medios concentrados define el clima mediático nacional.

La naturaleza política y económica de la alianza Cambiemos

Los resultados de las últimas elecciones presidenciales produjeron no sólo un hecho sorprendente sino inédito porque por primera vez en la historia moderna del país los sectores dominantes accedieron al control del Estado mediante un partido propio y el voto ejercido democráticamente. De esta manera quedó atrás la necesidad de estos sectores de tener que recurrir al “fraude patriótico” como en la década de 1930 o a los golpes de Estado llevados a cabo por el partido militar desde el derrocamiento del peronismo en 1955.

Se trata de un resultado coherente con las nuevas formas de condicionar la política estatal que surgieron en la década de 1980 durante la postdictadura en el marco del nuevo patrón de acumulación basado en la valorización financiera del capital.

La industria en crisis bajo la convertibilidad. Diagnóstico y demandas de la Unión Industrial Argentina

Tras las crisis asiáticas y rusa de 1997-1998, Argentina atravesó el más profundo deterioro económico de su historia, que terminó con la caída de la convertibilidad. El objetivo de este trabajo es analizar la acción política de los empresarios industriales en 1998-2001, atendiendo a la situación de la industria, uno de los sectores más afectados. Buscamos reconstruir las respuestas de los empresarios industriales, a través del diagnóstico y las propuestas realizadas por la UIA, organización corporativa de los empresarios industriales. En este diagnóstico y propuestas tenían un lugar central las críticas al deterioro de la competitividad que afectaba a la producción de bienes y la defensa de las transformaciones de los años noventa. En nuestro análisis, utilizamos estadísticas oficiales, documentos de la UIA, discursos y declaraciones de los principales dirigentes de dicha asociación empresaria.

“Una gran transferencia a los ricos”

“Las primeras medidas del gobierno de Mauricio Macri son preocupantes: en particular, el recorte permanente en los impuestos a la exportación es una gran transferencia a los ricos, con un gran costo para los trabajadores ordinarios. Cualquiera que sean los beneficios de eficiencia, las consecuencias distributivas y para el desarrollo no pueden ser ignoradas”, señaló ayer el Premio Nobel en Economía, Joseph Stiglitz, en un artículo que firmó junto al economista Martín Guzmán. El economista alertó también sobre los riesgos de la devaluación en los precios internos a través de una suba de los bienes transables (exportables) y los importados y la caída del mercado interno producto de los despidos. “A la vista de las crecientes presiones inflacionarias, el Banco Central probablemente elevará las tasas de interés. Si se hace con cuidado, esto podría reducir la demanda suficiente para restaurar un aparente equilibrio macroeconómico”, remarca. No obstante, alerta que incluso si se dan estas condiciones, el aumento de despidos en distintos sectores donde no haya cuellos de botella lo más probable es que empuje hacia arriba la tasa general de desempleo, y con la inflación sólo domesticada en parte, la actividad caería en un proceso de estanflación.

El yuan y su conversión en moneda de reserva

Los primeros días del año 2016 vinieron acompañados por serios problemas de bolsa. Entre ellos se señala a China y el mercado de Shanghái. Para un lector que desconoce cuándo y cómo se abrió el mercado de Shanghái y sobre todo las razones de hacerlo, no queda claro si lo que hay es un colapso de la economía del país o una guerra cambiaria donde China ha decidido debilitar al dólar, sobre todo si leen los periódicos anglosajones. En realidad, China crece a 6.9%, de las tasas más altas del mundo seguida por Bolivia y está intentando entrar a jugar en las grandes ligas comenzando por internacionalizar el Yuan.

¿Es posible mejorar la reestructuración de las deudas soberanas?

Las crisis de deudas soberanas constituyen una de las grandes disfuncionalidades de la globalización financiera actual. La evolución de los mercados internacionales de crédito soberano agregó complejidad a los procesos de reestructuración de deudas soberanas. A diferencia de las bancarrotas empresarias, los incumplimientos de deudas soberanas tienen implicaciones macroeconómicas nacionales y globales de carácter sistémico. El enfoque contractual de reestructuración de deudas soberanas vigente puede ser cada vez menos potente en superar los problemas de acción colectiva. Sin embargo, ésta es la única opción viable en la actualidad. Las propuestas recientes por parte del International Capital Market Association (icma) pueden mejorar sustancialmente dicho enfoque. Aunque interesante como idea, la alternativa estatutaria es aún impracticable.