Las máscaras del poder concentrado

Ciento cincuenta días de gobierno de derecha han sido suficientes para demoler la matriz de la política económica que a través de permanentes confrontaciones se había abierto camino en más de una década de despliegue de un proyecto nacional, democrático y popular. La constatación provoca de inmediato la pregunta ¿Por qué lo que costó tanto en construirse pudo desarticularse con esa velocidad?

El ajuste no se ve

No se enoje con el título. Tenga paciencia y siga leyendo. Pero antes, piense unos segundos y responda si considera que en estos cinco meses el gobierno de Cambiemos realizó o no un fuerte ajuste de las cuentas públicas. La conclusión de la mayoría será, seguramente, afirmativa, influida por el impacto del tarifazo, por los despidos en el Estado y por el freno en la obra pública. Sin embargo, la realidad no es esa. Según datos oficiales, en el primer cuatrimestre del año el déficit del sector público fue de 62.403 millones de pesos, apenas 1.764 millones menos que en igual período del 2015. Ese resultado fue producto de un aumento en los ingresos del 29 por ciento y de un aumento en el gasto de un 24 por ciento.

Contra la sensación reinante, esos números están muy lejos de reflejar un fuerte ajuste fiscal.

Avaricia, pero sin modelo

La elite dominante que hoy ocupa, sin intermediarios, puestos clave en el gobierno de Mauricio Macri, son hijos de la resolución de la crisis financiera mundial de 2008. Y han sido empleados de sus responsables. Aquella crisis fue el resultado de la especulación desenfrenada que desató el triunfo del neoliberalismo de fines de los 70 y principios de los 80, sobre el modelo productivista keynesiano. El triunfalismo neoliberal desató el proceso de transnacionalización y financierización del capitalismo global que vio crecer exponencialmente la especulación financiera, en los países centrales y en los periféricos, desplazando como eje de acumulación a la inversión productiva.

El chamuyo de la pesada herencia

¿A qué se debe la insidiosa y sobreactuada invocación de Macri a la “pesada herencia”? La respuesta es simple: todos los argentinos somos testigos, o mejor dicho, víctimas del primer intento en toda nuestra historia de aplicar un durísimo plan de ajuste sin que antes se haya producido una crisis económica.

El trasfondo del programa financiero de Macri

La multitudinaria marcha del viernes 29 de abril 2016 debe ser un hito, el límite preciso del avance del capital especulativo después de 150 días de jolgorio, incluso lo hicieron por encima de las inconsistencias técnicas de la administración macrista.

Gracias a la movilización y el acto de cierre del mismo, no el macrismo más duro que no logra comprender, sino para el gran capital nacional y extranjero que está detrás del gobierno y que es su principal beneficiario, sabe, ya tiene claros y tajantes indicios que le gente se cansó y que no se puede seguir expulsando trabajadores, aumentar alegremente los precios y ganar lo que se gana en la “timba” financiera, sabedores que lo paga el pueblo argentino en el presente y lo va a pagar en el futuro con la hipoteca que deja la política de endeudamiento por obligaciones de dudoso (más que dudoso incierto) origen y de nuevas emisiones de títulos que lo único que busca es, aprovechando las severas limitaciones técnicas de la administración, que le permite comprar dólares y fugarlos, en una nueva y “agiornada” vuelta de la “tablita” de Martínez de Hoz y de la Convertibilidad.

Reconversión y desocupación

En un contexto de sobre producción relativa de la economía mundial, con epicentro del problema en los países más desarrollados, las mercancías ofrecidas inundan los mercados mientras que la demanda global se ve reducida por vía de las políticas de austeridad aplicadas, y la consecuencia es que se agrava la crisis de sobreproducción. La guerra comercial es inevitable, y todo este ambiente pone a nuestro país en situación vulnerable.

Lebacostar caro

El monetarismo antiinflacionario de Federico Sturzenegger tiene como peculiar incoherencia que quita dinero de circulación mediante un mecanismo que lo compromete a emitir más dinero del que absorbe. Es así que el Banco Central está generando una bola de nieve llamada Lebac, que le Lebacostar muy caro y que está siendo aprovechada para realizar una fácil y muy redituable bicicleta financiera.

El análisis de Zizek sobre los Panama Papers

Lo único realmente sorprendente sobre los Panamá Papers es que no hay ninguna sorpresa en ellos: ¿no sabíamos de modo preciso lo que esperábamos aprender allí? Aunque una cosa es saber sobre las cuentas bancarias offshore en general y otra, tener pruebas concretas. Es como sospechar que nuestra pareja nos engaña; uno puede aceptar el conocimiento abstracto, pero saltamos de dolor cuando accedemos a los detalles más escabrosos.

Del ajuste a la deuda

La aprobación del Congreso al acuerdo con los fondos buitre y el aumento de tarifas de servicios públicos son trazos firmes de la nueva política económica. Ambas decisiones guardan coherencia interna como parte del plan de restauración de un modelo neoliberal. Entender el ciclo de endeudamiento del Estado que pregona el macrismo desligado de esa matriz puede llevar a confusiones. El Gobierno pretende recuperar el crédito externo como puente hacia un modelo de valorización financiera, no para profundizar el proyecto de desarrollo productivo que intentó el kirchnerismo. Esta es la diferencia fundamental que pone en contradicción a los legisladores del Frente para la Victoria que votaron a favor del mal arreglo con Singer y compañía. Atentar contra la industria y el mercado interno como lo hace el Gobierno con el tarifazo, las tasas al 38 por ciento, la apertura comercial y los despidos demuestra que la intención del oficialismo no es trabajar sobre las causas estructurales de la restricción externa –insuficiencia de divisas–, sino habilitar canales de financiamiento para proveer de dólares a los sectores concentrados de la economía, como ocurrió en la dictadura y en los 90. Lo que se financia es la fuga de capitales.